Ácido docosahexaenoico (DHA)

Si eres como la mayoría de las personas, seguramente te has pasado estos últimos diez años controlando los gramos de grasa que tienes debido a los estudios que vinculan una dieta rica en grasas a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y de cáncer. Pero en tu afán de comer bien, puede que hayas elimina­do algunas grasas buenas, sobre todo ácido docosahexaenoico (DHA), un ácido graso esencial que el cuerpo no puede fabricar. El DHA se halla en alimentos que muchas personas han dejado de tomar en beneficio de una buena salud, como los despojos (que son altos tanto en grasas saturadas como en toxinas) y los huevos (que pueden tener demasiado colesterol para personas con problemas de lípidos). También se halla en abundancia en el pescado graso, como el salmón, la caballa, las sardinas y la alba­cora; sin embargo, la mayoría de las personas no comen suficien­te cantidad de pescado. ¿Por qué necesitamos DHA? La DHA se halla en concentraciones elevadas en la materia gris del cerebro y de la retina del ojo. También contribuye materialmente a hacer funcionar las membranas celulares del cerebro, que son impor­tantes para la transmisión de las señales cerebrales.

El DHA es esencial para el desarrollo normal del cerebro y de la vista; se transmite de la madre al feto vía la placenta. Tras el nacimiento, la fuente principal de DHA es la leche materna. En los últimos cincuenta años, el consumo de DHA ha disminuido con­siderablemente y ello preocupa a muchos científicos.

Según un artículo publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, el doctor Joseph R. Hibbeln y el doctor Norman Salem, del Instituto Norteamericano de Salud, relacionaron el aumento de la depresión en Estados Unidos en el siglo pasado con un declive continuo del consumo de DHA. Los autores obser­varon que en países donde se sigue con un nivel de consumo elevado de DHA, la depresión no es tan habitual. Los niveles bajos de DHA también se han asociado a un ascenso de la demencia, los cambios de humor, la pérdida de memoria y los problemas de vista. De hecho, en un estudio sueco, se halló que ancianos con Alzheimer tenían niveles en la sangre más bajos de DHA que los ancianos sanos. Otro estudio japonés reveló una mejora del 65% en los síntomas de demencia entre pacientes que recibían suplementos DHA.

A los científicos también les preocupa que la leche mater­na contenga menos DHA y temen que ello pueda interferir en el desarrollo mental normal de los niños. En Europa, se añade DHA a las fórmulas para niños. Si bien no existe una evidencia directa que relacione el DHA con los problemas mentales o de compor­tamiento infantiles, como mínimo un estudio que se realizó en la Universidad Purdue reveló que los niños con un diagnóstico de trastorno de hiperactividad y falta de atención tenían menos nive­les de ácidos grasos esenciales, como el DHA, en la sangre en comparación con los niños que no tenían este problema. Asimismo, algunos científicos apuntan hacia la idea de que la defi­ciencia de DHA podría ser un factor que propiciaría la depresión postparto en madres noveles.

Propiedades posibles

  • Puede prevenir la depresión.
  • Puede reducir los síntomas de demencia.
  • Propicia el desarrollo normal del cerebro en los niños.
  • Mejora la vista.

Dosis aconsejada
Toma un máximo de tres cápsulas de 250 mg al día.

Si eres una madre lactante, consulta a tu médico o al naturópata acerca de tomar DHA. ¡Puede que sea precisamente lo que tu hijo y tú necesitáis para estar más sanos y alegres!




Califica este Artículo:
0 / 5 (0 votos)






Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *