Actividades entretenidas durante la maternidad

Poder salir durante el día es uno de los aspectos más divertidos de ser madre. Si estás en casa durante la semana o dispones de tiempo libre el fin de semana, tú y tu hijo podéis divertiros con vuestras propias aventuras urbanas, solos o en compañía de tu compañero o de una amiga. Te presentamos algunas ideas para empezar.

Galerías, museos, bibliotecas: todos están abiertos y normalmente son bastante tranquilos entre semana. Ponte en contacto con ellos y averigua a qué horas es menos probable que te encuentres con grupos de escolares. Llevar a tu hijo contigo puede ser bueno para los dos, solo tienes que organizarte un poco. Una vez que lo tengas todo en la bolsa del bebé, estarás lista para ir a cualquier parte. Y silo estás amamantando, más fácil aún. Ponte como objetivo visitar, al menos una vez por semana, algún lugar donde no hayas estado hace tiempo. Pero sé flexible. Si has pasado mala noche y al niño y a ti no os apetece hacer nada demasiado cansado, pospón la visita. Echa un vistazo a la sección de espectáculos del periódico. Te sorprendería ver la cantidad de actividades que se programan durante la semana, muchas de ellas gratuitas.

Galerías de arte

Compra un periódico local y averigua qué galerías de arte hay en la ciudad donde vives. Coge el tren o ve dando un paseo hasta galerías de otras zonas y comprueba qué exposiciones tienen en cartel. Tú y tu pequeño podéis disfrutar enormemente viendo diferentes obras de arte y de paso tendrás algo interesante de lo que hablar cuando vuelvas a casa.

Picnics

Incluso comer en tu propio jardín puede romper la monotonía de un día en casa. Prepara un bocadillo y una taza de té o de café y coloca una toalla de playa y unos cojines en tu patio o jardín para hacer un picnic con tu hijo. Hasta podrías echarte una siesta mientras estás ahí fuera: ¡es increíble lo fácil que resulta dormir con un poco de aire fresco y de sol! Una tumbona sería ideal, así que, si alguien te pregunta qué regalo te gustaría para cuando tengas el bebé, ¡pídela! Puedes pasarlo divinamente echada en una tumbona, dormitando con tu pequeño al sol de la tarde. ¡Será como estar en las nubes! Si no hay tumbona, una toalla y un par de cojines te harán el mismo servicio.

Pero hay muchos otros sitios donde puedes hacer un picnic. Lleva contigo la comida cuando salgas a dar un paseo y sácala cuando llegues a tu lugar de destino. Mejor aún, para en un café y observa a la gente mientras te tomas tu café de la tarde. Pasar una mañana en la playa con un zumo y un poco de fruta es una excelente forma de pasar un rato mirando a la gente. Puedes hacer una salida en tren para ir al campo con la comida preparada, comerte un bocadillo después de darte un chapuzón en la piscina local… Las posibilidades son infinitas. Cuando tu hijo empiece a tomar alimentos sólidos, podrás divertirte preparando la comida para los dos; a los niños les encanta ver cómo los pájaros acuden a comerse las migas, y si pueden perseguirlos, mucho mejor.

Natación

Muchas piscinas municipales tienen servicio de guardería y, si te organizas un poco, los dos podréis divertiros en el agua. Comprueba si es posible que el personal de la guardería te lleve a tu hijo al agua después de haber nadado un poco a tu aire. Si no, ponte un albornoz, ve hasta la guardería y vuelve al agua con el niño. A los niños les encanta el agua, y hasta los más pequeños disfrutarán de la experiencia de entrar en una piscina climatizada. Date un tiempo para nadar unos largos a tus anchas, participa en una clase de aeróbic acuático, o nada tranquilamente, y luego podrás jugar con calma con el niño.

Si eres una buena nadadora y te gusta estar en el agua, busca un flotador para tu hijo. Existen flotadores hinchables para bebés, que llevan un asiento incorporado y que os per-mitirán disfrutar a los dos al tiempo que haces ejercicio. Con el niño en el flotador y un par de aletas en tus pies, podrás nadar arriba y abajo tranquilamente. Será muy divertido para los dos, y te permitirá acelerar tu ritmo cardíaco y trabajar los músculos de tus piernas y glúteos. Comprueba que sujetas el flotador con firmeza y que el niño está bien asegurado en el asiento.

Mercados

Si eres de las que disfrutan comprando, ir al mercado es casi obligado. Averigua cuál es el día del mercado en las diferentes localidades de los alrededores, sobre todo si se trata de mercados agrícolas. Compra las verduras en esos mercados. El ruido, los olores y los colores de un mercado agrícola les encantan a los niños. Estimulas a tu hijo y de paso haces la compra.

Párate a tomar un café, echa una ojeada a los objetos artesanales, a la ropa de niño, pruébate algún sombrero. Un carrito de la compra con asiento para el niño será un accesorio muy útil, o un carrito de niño con mucho espacio para poner cosas debajo. Cómprate una riñonera o una bolsa que puedas llevar atada a la cintura con el monedero hacia delante, para que puedas acceder fácilmente al dinero. Olvídate de llevar al niño en brazos, comprar y manejar el bolso al mismo tiempo. Piensa que los mercados suelen estar atestados, y puedes acabar de los nervios si no te organizas un poco.

Ir de compras: el desestresante definitivo

Incluso si no te sobra el dinero, pasar una mañana de compras podría ser justo lo que necesitas para despejarte. Deja la tarjeta de crédito en casa y dedícate a mirar escaparates. La mayoría de nosotros a duras penas podemos arrancar unas horas para ir de compras cuando trabajamos. Pero si tienes tiempo, ir de compras puede resultar una experiencia muy interesante y agradable. ¡Por una vez, podrás cumplir tu deseo de empezar las compras de Navidad con tiempo!

Pasea por tiendas en las que no entrarías normalmente. Pasa una o dos horas en una tienda de discos escuchando música. Una hora en una tienda de utensilios de menaje puede revelar todo tipo de tesoros que te harán la vida más fácil en la cocina. Descubre algo que los hombres conocen hace años: las ferreterías también pueden ser divertidas.

¡Tiendas de juguetes! Disfruta explorándolas ahora que tu hijo es aún demasiado pequeño para pedirte que se lo compres todo. Los departamentos de juguetes pueden ser una estupenda fuente de ideas o actividades para realizar en casa con tu hijo sin que tengas que gastar necesariamente grandes cantidades de dinero. También encontrarás buenas ideas en las tiendas para bebés, siempre y cuando seas capaz de resistirte a todas las monerías que tienen.

Las tiendas de lance son como un baúl de juguetes, libros, ropa y juegos que han pasado de moda. Si estás intentando economizar, ponte como objetivo visitar una o dos tiendas de segunda mano con regularidad.

Si te sientes realmente aburrida, visita una agencia de viajes y deja que ellos te organicen unas vacaciones de ensueño. Utiliza tu imaginación: el simple hecho de hablar y de hojear los prospectos para fantasear a tus anchas sobre tus vacaciones puede ser suficiente. Eso no significa que tengas que decir que las posibilidades de que llegues a realizar el viaje son mínimas. ¡Imagínate, sentarte a cenar por la noche y contarle a tu pareja los detalles de tu viaje a las Bahamas!

Infórmate sobre los servicios que ofrecen los diferentes centros comerciales. Muchos disponen de diferentes ayudas para madres con niños, desde servicio de guardería hasta parques infantiles o lavabos adonde puede accederse con el carrito (algo imprescindible en un lugar público). Estos lugares pueden hacer que tu día de compras sea una experiencia mucho más agradable, ya que permitirán que tanto tú como el niño descanséis antes de atacar cada sección.

Una advertencia: si alguna vez sales y no tienes la posibilidad de llevar el carrito contigo a los aseos, utiliza los que se han habilitado especialmente para personas discapacitadas. Suelen ser mucho más grandes que los normales para permitir el acceso de las sillas de ruedas y, por tanto, tienen espacio suficiente para que entres el carrito y puedas cambiar al niño.

Cafés

Dedica tu tiempo libre a indagar sobre los diferentes cafés que haya en la zona donde vives. ¡Puedes hacer el camino que tenías pensado parando en una tetería árabe! Siéntate en la terraza de algún café en un día soleado y contempla a la gente que pasa. Así, tu pequeño compañero y tú podréis disfrutar de un poco de diversión adulta. Muchos cafés tienen una selección de revistas actuales. Pasa un rato disfrutando de un buen café y una revista, y olvídate de las tareas de casa durante una o dos horas.

Preséntate a alguna madre que haga lo mismo que tú o a otras mujeres con las que te cruces. Tu hijo estará encantado tumbado o sentado en su carrito, de modo que es el momento perfecto para que hagas vida social en los cafés. Dentro de poco no se estará quieto el tiempo suficiente ni para que te ates los cordones de los zapatos, así que aprovecha la ocasión al máximo, y repite si puedes.

Entra en algunos cafés vinculados a tiendas de música o librerías. Busca una zona bonita junto al río, a un parque o al mar, y seguro que cerca encontrarás un café donde puedas sentarte a descansar un poco y disfrutar del paisaje.

La playa

Si hace buen día, pasear por la playa puede ser agradable y divertido. Y si no hay ninguna cerca y tienes que hacer la salida en coche, mucho mejor.

El olor del mar, la brisa, la arena, el sonido de las olas que bañan tus pies… Seguramente tu pequeño aún no esté preparado para empezar a practicar el surf, pero un paseo por la playa puede ser el tónico que necesitas después de una noche de sueño roto o un día particularmente estresan-te. Muchas playas tienen caminos habilitados para pasear, así que si el carrito de tu hijo no se presta a la conducción por la arena, prueba por los caminos. Como alternativa, puedes llevarlo en una mochila de esas especiales para bebés, desde donde tu hijo tendrá una estupenda panorámica de todo sin que tú tengas que agobiarte empujando el carrito por la arena.

Quítate los zapatos y deja que tus dedos se hundan en la arena. Camina por la orilla. Prueba a coger al niño y sostenlo con los pies metidos en el agua. ¡Ya verás cómo reacciona! Siéntate y observa el ir y venir de las olas durante un rato. Persigue a las gaviotas. Lleva al perro con vosotros y hazlo correr arrojándole una pelota. Haz volar una cometa. Construye un castillo de arena. Explora los charcos de agua que quedan entre las rocas. Echa una cabezadita.

EL zoo

Si los niños encuentran estímulo en lo que ven, oyen y huelen, entonces un zoo vale su peso en oro.

Aunque los pequeños difícilmente distinguirán una iguana de un orangután, los dos os divertiréis mucho. Muchos zoos ofrecen vales de descuento en unas determinadas fechas. Así que aprovecha la ocasión y pasa un par de horas en el zoo paseando o merendando.

En verano, dada la mayor duración del día, muchos zoos cierran más tarde. Reúnete allí con tu pareja o con una amiga para tomar un café o merendar y dar un paseo a la caída de la tarde. Puede ser perfecto, ya que a esa hora casi todo el mundo vuelve a su casa.

En el zoo de mi localidad (Toni) realizan divertidas sesiones semanales de jazz. Siempre procurarnos ir pronto, damos una vuelta y luego disfrutamos de una merienda mientras escuchamos en directo cómo una banda de jazz trata de hacerse oír por encima de los animales. ¡Qué ajetreo!

El campo

Sube a un tren y sal a pasar unas horas al campo. Pasea, observa a los animales. Respira el aire puro y los olores de la naturaleza. Visita algún pueblo donde nunca hayas estado. Si ya vives en el campo, coge un tren y visita una ciudad, u otro pueblo del campo. Ve a pasear por entre los arbustos o por un parque de exuberante vegetación.

Explora tu vecindario

Caminar es una excelente manera de mantenerse en forma. También te permitirá conocer tu localidad de un modo más íntimo y más cercano que desde un coche o un transporte público. Hay otras muchas buenas razones por las que sacar a tu hijo de paseo. Piensa en el aire fresco que respirarás. Si sopla una brisa suave, salir a pasear con tu hijo es casi obligado, aunque solo sea durante diez o quince minutos. Si hace mal día, abrígate, ponte un chubasquero o coge un paraguas. No pongas el tiempo como excusa para quedarte en casa. Los bebés necesitan muchísima estimulación. Les encanta ver y oír nuevas cosas. Necesitan aire fresco, y estar en un carrito o un canguro es perfecto para que experimenten una amplia gama de actividades nuevas y estimulantes.

Si tu pequeño tiene problemas para dormir, es posible que se quede dormido mientras estáis de paseo, así que, si necesitas un respiro, ¡esta podría ser la solución! Lleva contigo una mansita y todo lo que necesite para estar cómodo, y te garantizo que, para cuando llegues a casa, seguramente estará profundamente dormido. Esto también funciona con los niños muy llorones. Si empiezas a sentir que necesitas un respiro, coge el carrito y sal a dar un paseo enérgico. Salir de casa te permitirá romper con la monotonía y el ejercicio te ayudará a despejarte.

Planifícalo. Caminar puede ser muy divertido. Elige algo nuevo para cada día, tanto si se trata de una nueva dirección, un nuevo destino o un tema diferente. Antes de abrir la puerta, tómate unos minutos para planificar la salida. Llevar una lista de cosas puede serte muy útil: un paraguas y la capota para el cochecito si el tiempo pinta mal; bebida para ti y tu pequeño amigo; protector solar, y quizá un poco de suelto por si pasas delante de un café.

El walkman será un buen complemento si tu hijo decide dormirse. Sintoniza una buena emisora, escucha música, ponte al corriente sobre las noticias del día o saca una novela en cinta de la biblioteca y escucha un capítulo cada vez que salgas a pasear. ¡Aprende un idioma!

Diferentes lugares. Elige diferentes lugares para pasear. Explora el vecindario, Tendrás algo interesante de lo que hablar al final del día y llegarás a conocer bien tu entorno y a las personas que viven en él. Busca nuevos parques, jardines, calles, centros comerciales, callejones o zonas históricas. Respira hondo varias veces. Disfruta del canto de los pájaros y de otros sonidos y relájate. Cuando tengas tiempo, coge el coche y ve a algún lugar totalmente diferente. El jardín botánico, una zona residencial que no conozcas, o incluso el campo. Pasea entre la maleza.

Diferentes direcciones. Ve hacia la derecha, luego hacia la izquierda, gira después a la derecha y luego a la izquierda. Elige el patrón que vas a seguir antes de salir de casa y cada vez que llegues a un cruce toma la dirección que corresponda. ¡A ver dónde terminas!

Contrarreloj. Cronometra el tiempo que tardas en recorrer cinco manzanas. Comprueba cuántas manzanas eres capaz de cubrir en diez minutos. Cuando salgas con el coche, calcula tres kilómetros y luego comprueba cuánto tardas en recorrerlos a pie. Durante una semana, recorre esa misma distancia cada día para ver si puedes reducir el tiempo. A la semana siguiente, elige una cantidad determinada de tiempo, treinta minutos por ejemplo, y mira si en esos treinta minutos puedes recorrer una distancia un poco mayor cada vez que salgas.

Lleva un registro. Si estás tratando de mejorar tu forma física, lleva un registro con las distancias que recorres cada día. Utiliza un calendario o hazte una tabla donde puedas anotar el tiempo que pasas caminando o las distancias. Esto te dará algo en lo que concentrarte para mejorar tu forma física y te permitirá controlar tus progresos.

Caminatas enérgicas. Busca alguna colina y haz un poco de velocidad. Siente cómo tu corazón late más deprisa y tu respiración se acelera. ¡Estás andando de un modo enérgico! Conforme tu forma física mejore, te resultará más fácil y más divertido acelerar el paso y ejercitarte de verdad. Piensa en qué cosas podrían motivarte. Sube una colina, toma un camino más largo, empuja el carrito cargado de verduras, lleva al niño a la espalda. Hay muchas formas de desafiar a tu cuerpo y no tardarás en descubrir que lo que parecía una dura exigencia una semana, a la siguiente se ha convertido en un logro.

Temas: tener un centro de atención. Hay un sinfín de temas divertidos para caminar. A continuación te proponemos unos cuantos. Mira si puedes añadir más a la lista.

  • Tour de las casas feas.
  • Tour de los animales.
  • Tour por las casas de época.
  • Tour de jardines interesantes/flores bonitas.
  • Tour por un parque bonito.
  • Tour por una zona industrial.
  • A la búsqueda de una tienda de ocasión.
  • Tour en busca de un nuevo árbol.
  • Atravesar un río.
  • Contar pájaros.
  • Cruzar un puente.
  • A la búsqueda del buzón más grotesco.
  • A la búsqueda de setos con formas especiales.
  • Dar de comer a los patos.
  • A la búsqueda de la mascota más rara.



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