Arándano

El arándano, conocido también como mirtiio, es la planta que equivale a una vista sana. Durante más de mil años, el arándano ha sido un remedio tradicional contra distintos problemas oculares. De hecho, durante la Segunda Guerra Mundial, los pilotos de la Royal Air Force comían confitura de arándanos antes de las misiones nocturnas para agudizar la vista. Los arándanos contienen componentes llamados antocianósidos, unos antioxidantes naturales que protegen los capilares (los vasos sanguíneos pequeños) contra el ataque de los radicales libres, de modo que mejoran la circulación. Los antocianósidos también participan en la regeneración del pigmento de la retina que se necesita para que el ojo se pueda adaptar a la luz. El arándano puede ayudar a las personas que padecen distintas enfermedades oculares como el glaucoma, que es debido a una presión ocular elevada, o la retinopatía, que procede de la mala circulación del ojo. De hecho, los antocianósidos derivados del arándano se encuentran en la mayoría de complejos producidos para mejorar y proteger la vista. Existe un fármaco (Bilberry) que se produce con extracto de arándano, de modo que tenemos otro ejemplo de la gran deuda que tiene la medicina moderna con la farmacia de la naturaleza. Si bien el arándano no cura estos problemas, puede ayudar a prevenir otras lesiones mejorando el riego sanguíneo en los ojos.
Las últimas investigaciones revelan que esta gran planta no sólo es buena para la vista sino que también puede prevenir y tratar otras afecciones vasculares. Cuando uno tiene mala circulación, puede ocurrir que la circulación se corte en las piernas y en los pies, de modo que se siente un dolor, un hormigueo en las extremidades y en la piel; además, causa retención de líquidos. Hay varios estudios que han demostrado que los antocianósidos pueden contribuir a aliviar estos síntomas potencialmente debilitadores. Si padeces estos problemas, es fundamental que trabajes junto con un médico para desarrollar el programa de tratamiento adecuado para ti.
Y todavía quedan más noticias buenas sobre los arándanos. En 1996, los investigadores descubrieron que el extracto de arándano mostraba una actividad anticancerígena. Se necesitan más estudios para determinar si el arándano, como otras muchas plantas, será útil en la prevención y tratamiento del cáncer.
Propiedades posibles
- Protege contra los problemas de la vista habituales.
- Activa la circulación.
Dosis aconsejada
El arándano se puede encontrar en cápsulas. Toma un máximo de tres cápsulas de 500 mg al día.
El arándano actúa mejor cuando se mezcla con vitamina C. (Toma un máximo de 500 mg de complejo de vitamina C).
Arándano o Vaccinium myrtillus
Parte Utilizada: Los frutos y las hojas.
Principios Activos Frutos: taninos catéquicos (5%), ácidos orgánicos, azúcares, inositol, pectina, carotenos, abundantes pigmentos antociánicos (0,50%): neomirtilina-delfinidol, cianidol, malvidol, petunidol.
Flavonoides: rutósido. Hojas: abundantes taninos catéquicos (6-10%); hidroquinona, trazas de arbutósido; flavonoides derivados del quercetósido, ácidos triterpénicos (ursólico, oleanólico), glucoquinina: neomirtilina; sales minerales: hierro, manganeso, cromo; trazas de alcaloides quinolizidínicos: mirtina, epimirtina.
Acción Farmacológica Frutos: Los pigmentos antociánicos le confieren una acción antiinflamatoria, antihemorrágica, vitamínica P (mejoran la microcirculación, aumentan la resistencia y controlan la permeabilidad capilar), contribuye a la regeneración de la capa vascular de la retina, aumentando la agudeza visual. Los taninos tienen una actividad astringente (antidiarréica, hemostática local) y antiséptica.
Hojas: Los taninos catéquicos ejercen una acción astringente (antidiarréica, hemostática local) e hipoglucemiante, reforzada por la neomirtilina y las sales de cromo. El arbutósido es antiséptico urinario. Los extractos muestran una actividad antifúngica.
Indicaciones Frutos: Varices, hemorroides, fragilidad capilar, arteriopatías, edemas por insuficiencia venosa, hemeralopia, retinitis pigmentaria, miopía. – Hojas: Diarreas, diabetes, cistitis, uretritis, pielonefritis, vulvovaginitis. En uso externo: dermatomicosis, estomatitis, eczemas, heridas, úlceras dérmicas.
Contraindicaciones: No prescribir extractos alcohólicos a niños menores de dos años ni a consultantes en proceso de deshabituación etílica.
Efectos Secundarios: En caso de gastritis o úlcera gastroduodenal, los taninos podrían provocar un aumento de las molestias.
Precaución / Intoxicaciones: Debido al considerable contenido en hidroquinona de las hojas, debe prescribirse en forma de tratamientos discontinuos. Tener en cuenta el contenido alcohólico del extracto fluido, de la tintura y del jarabe.
Formas Galénicas / Posología Uso interno (frutos): – Infusión: una cucharada de postre por taza. Infundir 15 minutos. Tres o más tazas al día. – Decocción: 35 g/l, hervir 5 minutos. Beber a voluntad. Extracto fluido (1:1): 30-60 gotas, dos a tres veces al día. – Tintura (1:5): 50-100 gotas, tres veces al día, entre comidas. – Extracto seco (5:1): 1 a 2 g/día. – Jarabe (5% de extracto): 1 a 3 cucharadas al día.
Uso alimentario: Frutos frescos, compotas, mermeladas. Uso interno (hojas):
Infusión: Una cucharada de postre por taza, tres o cuatro al día.
Decocción: Una cucharada de postre por taza, hervir cinco minutos. Infundir durante 10 minutos. Un litro al día.
- Extracto fluido (1:1): 1 a 2 g/día.
- Tintura (1:5): 50-100 gotas, una a tres veces al día.
- Extracto seco (5:1): 100-300 mg, una a tres veces al día.
Uso externo: Decocción de hojas, aplicada en forma de compresas, lavados o colutorios. Tintura de hojas de arándano (1:10): diluida al 10%, en forma de compresas, lavados o colutorios.
NOTA: Cuando se prescriban extractos de arándano, especificar si son de frutos o de hojas.
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