Aspectos psicoterapéuticos y preventivos de la práctica del Tai-Chi

La práctica lleva a poder sentir  fluidez de los gestos, sentirse arraigado a la tierra, descubrir la suavidad en la actividad que influye sobre la mente y percibir como nos volvemos menos rígidos y más flexibles.

Tomar conciencia de uno mismo en la acción y una mayor percepción del espacio que nos rodea. La atención en la respiración permite que poco a poco las imágenes y los pensamientos se expresen sin que uno sea invadido por esa actividad interior.

La practica  ayuda a sentir y a contener la ola de la actividad mental y emocional sin huir y sin luchar. Desarrolla la capacidad de percibir las imágenes y los sentimientos inconscientes.

Comporta un beneficio terapéutico cuando uno lo practica con constancia. Tradicionalmente se ha dicho que el Tai-Chi favorece la longevidad. La práctica del movimiento, la circulación de la energía y la respiración abdominal producen un efecto regenerador, ya que la práctica contribuye a un mejoramiento y a una regeneración celular de todas las partes de nuestro cuerpo.

Efecto preventivo del Tai-Chi

Progresivamente se va desarrollando un equilibrio interior entre cuerpo y mente. Los bloqueos energéticos provocan enfermedades,  ya que la energía circula por nuestro cuerpo de forma desordenada y caótica. El Tai-Chi  ayuda a sentir, a unificar y a guiar estas energías, reequilibrándolas.

La medicina tradicional china atribuye las enfermedades a un desequilibrio entre el Yin y el Yan. Para remediarlo es necesario disminuir el exceso de uno y evitar la insuficiencia de otro. El Tai-Chi favorece el equilibrio y la unificación de nuestra energía interna. La práctica asidua del Tai-Chi nos hace sentirnos vivos, consiguiendo estar en la vida con estabilidad y confianza.




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