Auto cuidados del asma

El asma se presenta cuando se inflaman los principales conductos aéreos que van hacia los pulmones, que se denominan bronquios. Los músculos de las paredes bronquiales se contraen y se producen cantidades adicionales de mucosidad. Disminuye la columna de aire que sale de los pulmones, motivo por el cual se escuchan los estertores. Los síntomas comunes incluyen los estertores, dificultad respiratoria, sensación de opresión en el pecho y tos. En situaciones de urgencia, la persona muestra importante dificultad respiratoria, labios y uñas amoratados, deficiencia respiratoria grave, aumento de la frecuencia del pulso, sudoración y accesos de tos.
El asma es un padecimiento médico grave; pero estableciendo cuidados y tratamiento adecuados generalmente se pueden controlar los síntomas y lograr una vida normal. Se calcula que 10 por ciento de niños y 5 por ciento de los adultos en Estados Unidos padecen asma. Casi la mitad de los niños con asma desarrollan esta enfermedad antes de los 10 anos. Es común que el asma sea un padecimiento heredado y no es contagioso.
Son muchas las causas o factores desencadenantes de las crisis de asma. Éstas pueden ser producida por una reacción alérgica a ácaros presentes en el polvo, cucarachas, productos químicos, polen, mohos o caspa de animales (células muertas de la piel que se desprenden de los animales). También es posible que se desencadenen con la exposición a sustancias presentes en el hogar o el centro de trabajo. Algunas personas son más propensas a sufrir ataques de asma después del ejercicio, en particular si existe exposición al aire frío.
Las infecciones respiratorias, como el catarro y la influenza, pueden agravar los síntomas del asma. (Las personas con asma crónica deben ser vacunadas anualmente contra la influenza. Sin embargo, las embarazadas y niños deben consultar al médico antes de recibir tal vacuna.) Otros factores desencadenantes de asma incluyen los sulfitos, que se rocían sobre frutas y verduras en restaurantes y tiendas para evitar su oxidación. También existen alimentos o bebidas, como el vino, que contienen sulfitos como sustancia conservadora. La Aspirina y otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden desencadenar crisis de asma en algunas personas.
Las crisis de asma varían desde muy leves hasta las que ponen en riesgo la vida (véase abajo). Pueden durar unos cuantos minutos o prolongarse horas e incluso días. En caso de padecer asma, se debe recibir tratamiento de un profesional de la salud. El médico colabora con el paciente en la identificación de los factores desencadenantes de las crisis. Entre ambos, establecerán una estrategia que limite la exposición a estos factores, controle los síntomas y prevenga una obstrucción grave de la respiración.
Reconocimiento de las crisis que ponen en riesgo la vida
Es necesario prevenir los ataques mortales tratando tempranamente los síntomas. No conviene esperar a la presencia de estertores como signo de gravedad; es posible que desaparezcan cuando el flujo aéreo se restringe severamente. Requierese buscar atención médica urgente si:
- La respiración se torna difícil y existe tiro del cuello, pecho o costillas con cada respiración.
- Las fosas nasales tienden a mostrar aleteo.
- Caminar o hablar se dificulta.
- Las uñas de las manos o labios se tornan azulosos o amoratados.
- El flujo de aire máximo (medido con un dispositivo manual casero) disminuye a 50% menos del valor normal o continúa reduciéndose a pesar de haber administrado el medicamento.
Autocuidados
Los consejos siguientes ayudan a controlar los síntomas mediante el retiro de factores desencadenantes del ambiente cotidiano:
- Adquirir educación sobre el asma. Al contar con mayores conocimientos, más fácil será su control.
- Evitar alergenos que puedan desencadenar los síntomas. En caso de alergia a los gatos o perros, convendrá retirar estas mascotas de la vivienda y evitar el contacto con otras mascotas ajenas. No es recomendable comprar ropa, muebles o alfombras que contengan pelos de animal.
- En caso de alergia a los pólenes y mohos de dispersión aérea, use un acondicionador del aire en el hogar, el trabajo y el automóvil. (Si los cambios de temperatura ambiental agravan los síntomas, quizá no se pueda utilizar esta medida.) Hay que mantener cerradas las puertas y ventanas para limitar la exposición a los pólenes y mohos diseminados por el aire.
- Evitar actividades que provoquen los síntomas. Por ejemplo, los proyectos de mejoramiento del hogar pueden exponer a factores desencadenantes que conduzcan a una crisis de asma. Tal es el caso de los vapores de pinturas, polvo de la madera u otros elementos irritantes similares.
- Verificar sistema de calefacción. En caso de poseer un sistema de calefacción de inducción aérea y padecer alergia al polvo, hay que usar un filtro para controlar el polvo. Se sugiere cambiar o limpiar con frecuencia los filtros de las unidades de calefacción y enfriamiento. (Los mejores filtros son los de alta eficiencia en la detención de partículas, llamados filtros HEPA [high efficiency particulatearresting]). Conviene usar una mascarilla al quitar los filtros sucios.
- Instalar un filtro electrostático en la aspiradora (o usar una bolsa de microfiltración de doble capa).
- Evitar actividades que levanten polvo. En caso de que sean inevitables, utilizar una mascarilla para polvo, disponible en farmacias y ferreterías.
- Revisar los hábitos de ejercicio y considerar el reajuste de esta rutina (véase abajo). Es mejor realizar el ejercicio en interiores para limitar la exposición a los factores desencadenantes del asma.
- Evitar todo tipo de humos, incluso el de una chimenea o la combustión de hojarasca. E humo irrita los ojos, nariz y bronquios. En caso de padecer asma, no se debe fumar v hay que evitar que fumen en su presencia.
- Reducir el estrés y la fatiga.
- Leer minuciosamente las etiquetas de los productos empleados.
- En caso de ser sensible a la Aspirina, evitar otros medicamentos del mismo grupo, llamado antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno (Motrin, Advil o Tabalón), naproxeno (Naxen, Flanax, Pactens) y piroxicam (Feldene).
Cómo mantenerse activo con ejercicios bien planeados
Hace años, el médico recomendaba a los asmáticos evitar el ejercicio. Hoy, se piensa que el ejercicio bien planeado y practicado con regularidad puede ser benéfico, sobre todo en el asma leve o moderada. Con un adecuado estado físico, el corazón y los pulmones pueden expulsar más fácilmente el aire. Considerando que el ejercicio intenso puede desencadenar crisis, se debe comentar el programa de ejercicios con el médico tratante. Además, conviene sujetarse a los lineamientos siguientes:
- Reconocer cuándo debe evitarse el ejercicio. No se debe realizar ejercicio al padecer una infección viral, si la cuenta de polen sea mayor de 100 o en condiciones de temperatura ambiental bajo cero o clima con mucha humedad y calor. En las temperaturas frías, conviene utilizar una mascarilla facial para calentar el aire inhalado.
- Primero administrarse el medicamento. Debe innhalarse el agonista beta de acción breve 15 a 60 minutos antes de iniciar el ejercicio.
- Empezar lentamente. Practicar 5 a 10 minutos de ejercicios de calentamiento suele relajar los músculos del tórax y distender las vías respiratorias, lo que facilita la respiración. Debe aumentarse gradualmente hasta el ritmo que se desee.
- Escoger con inteligencia el tipo de ejercicio. Las actividades invernales, como el esquí, y las ininterrumpidas de largas distancias, como la carrera, son las que más frecuentemente producen estertores. Los ejercidos que requieren periodos breves de actividad, como la caminata, golf y ciclismo recreativo, son más tolerables
Atención médica
Pruebas para las alergias: El médico probablemente realice algunas pruebas para tratar de identificar los factores desencadenantes de las crisis de asma. Es posible que lleve a cabo una prueba cutánea o de sangre. La prueba sanguínea es más costosa y menos sensible que la cutánea; pero a veces es preferible cuando la persona afectada padece una enfermedad de la piel o emplea medicamentos que pudieran afectar los resultados de la prueba.
Medicamentos: El médico prescribirá algunos de los medicamentos que se enumeran en párrafos siguientes para prevenir o tratar los ataques de asma. Deben emplearse todos los medicamentos conforme a su prescripción, incluso en ausencia de síntomas. No deben usarse dosis mayores que la prescrita (el uso excesivo de medicamentos puede ser riesgoso). Estos medicamentos se usan mediante un inhalador o se ingieren en la forma de líquidos, cápsulas o tabletas.
Prevención (medicamentos antiinflamatorios): Estos fármacos reducen la inflamación de las vías respiratorias y ayudan a disminuir la producción de moco. A consecuencia de ello, se disminuye el espasmo de las vías respiratorias. Hay que emplear la dosis diaria de estos medicamentos conforme a la prescripción para evitar que se presenten las crisis de asma. En este grupo se incluyen los esteroides inhalados, cromoglicato sódico y nedocromil sódico.
Tratamiento sintomático (broncodilatadores): A diferencia de los medicamentos de prevención, se emplean una sola vez cuando se presentan las crisis de asma. Estos fármacos ayudan a dilatar las vías respiratorias de manera que el individuo respire con mayor facilidad durante la crisis. En esta categoría se incluyen los agonistas beta y la teofolina.
Automonitoreo con un medidor de flujo (flujómetro): El médico proporciona el adiestramiento en el uso del flujómetro o medidor de flujo máximo, con el cual se determina la función respiratoria. El flujómetro actúa como un calibrador de los pulmones, proporcionando una cifra que ayuda a evaluar la función pulmonar. Los valores bajos indican que las vías respiratorias están estrechas y son signo de advertencia temprana de una futura crisis de asma.
Califica este Artículo:
Deja una respuesta