Baños turcos y los beneficios para la salud

El baño de vapor, conocido también como baño turco o hamam (que significa vapor en turco), es un magnífico sistema para limpiar y relajar el cuerpo.
El tiempo normal de una sesión de baño Turco oscila entre 10 y 30 minutos. En la medida que se acostumbre su tiempo de resistencia puede ir aumentando gradualmente.
No ingiera bebidas alcohólicas, no fume, no coma ni tome medicamentos en el interior del turco.
Puede ducharse al gusto con agua fresca durante la sesión del turco, o al final de la misma. Es recomendable descansar durante 15 a 20 minutos después de terminar la sesión. Además ingiera líquido que calme la sed ocasionada por el sudor eliminado.
Es importante saber que para tomar un baño turco agradable no debe haber comido por lo menos durante la última hora y media, esto con el fin de que la digestión se haya realizado completamente.
Los hammam no solo servían como lugar de descanso y religioso (El Corán exige las abluciones para la oración, la purificación del cuerpo para conseguir la del alma) sino también como un lugar de reunión social y política, un lugar de encuentro, «un peculiar espacio social de escape y diversión, un espacio lúdico».
Es decir, los baños turcos nacen esencialmente ligados a la religión musulmana.
Durante los mil años que distan desde la caída del Imperio Romano hasta el descubrimiento de América, la cultura islámica dominó las ciencias y las artes, en una proporción hasta entonces desconocida.
En una cultura de la imagen y la belleza, donde el aspecto físico y la salud juegan un papel preponderante, este tipo de termas urbanas se han convertido, junto con los balnearios, las saunas y el hidromasaje, en una de las más atractivas posibilidades de ocio que ofrecen las ciudades.
Adosados a la mezquita, parten del imperativo islámico de acudir a la misma, impolutos y limpios. Es por ello que en su origen revistieron un carácter público y social, abierto al grueso de la población.
Como ocurrió con los populares gimnasios griegos, los baños turcos tardaron poco en ampliar su perspectiva, e ncluir servicios de gimnasia, masaje e incluso bibliotecas.
Y es que el bienestar del cuerpo es el alimento más nutritivo de la mente.
Pero ¿qué hace a este lugar un centro tan especial?
El secreto del Hammam es combinar el calor, el frío, el agua y el vapor: El contraste de las temperaturas de la piscina caliente y fría tiene un fuerte efecto estimulador de la circulación sanguínea.
También provoca la eliminación de toxinas por el exceso de sudoración que produce una atmósfera saturada de vapor de agua, lo que si acompañamos de la ingestión abundante de líquido ayuda a la mejor filtración renal. Siendo de gran ayuda, a su vez en los procesos de reducción de peso corporal.
El baño turco o hamam es un baño de vapor caliente que oscila sobre los 50°C con una humedad relativa que ronda el 100%.; y que además se conoce como «sauna húmedo».
Suelen ser salas herméticas donde se mantienen esas condiciones.
Esta alta humedad permite al cuerpo resistir más el calor, ya que el aumento de la frecuencia cardiaca no es tan alto como en el sauna.
Al humedecer las vías respiratorias ayuda a limpiar los pulmones y todo el sistema bronquial.
La piel es otro de los grandes beneficiados, pues a través de la sudoración el organismo elimina puntos negros y forúnculos. Al oxigenarsey revitalizar los tejidos se retrasa el proceso de envejecimiento.
Otra de las grandes ventajas, común con la sauna es que hace desaparece el estrés, la ansiedad y la depresión. Esto se logra debido a que relaja el sistema nervioso.
Puntos Históricos
El hammam turco es una derivación de las termas romanas. La costumbre del baño público procede en nuestra civilización de los atletas griegos, pero fueron los romanos los que los transformaron en una institución pública.
Con la llegada del Islam, su empleo se perpetúa con algunas adaptaciones y cambios arquitectónicos, las salas reservadas al cuerpo se amplían en detrimento de los gimnasios y salas de lectura, y cambian las normas de higiene (el agua estancada de las piscinas romanas se reemplaza por agua permanente renovada).
Antiguamente, los baños turcos o hamams no se utilizaban exclusivamente para limpiar el cuerpo o la piel, sino que eran el sitio de encuentro social.
Las mujeres del harén del palacio, por ejemplo, iban a los baños con sus sirvientes en una gran ceremonia luciendo accesorios de lujo, para pasar horas de relax en la sala caliente.
La construcción de los baños turcos difería según el sexo al que iba dirigida.
Los baños turcos originales presentan un perfil de cúpula con los cristales orientados para que los rayos de sol pasen para adentro.
En el interior, la primera sala llamada «camekan», es un espacio cuadrado, con fuentes y camerinos individuales para cambiarse la ropa.
Después se pasa a la sala «sogukluk», que tiene un ambiente frío como los frigidarios romanos.
La última parte es la sala más grande, vaporosa y caliente «hararet» construida en mármol.
En el centro hay una plataforma elevada «gobek tasi», situada encima de los hornos que calientan el hamam. El bañista se puede tumbar ahi para que le den un masaje o le froten el cuerpo con un guante.
A pesar de que en Estambul muchos de los baños auténticos han desaparecido aún se pueden encontrar algunos como el «Galatasaray Hamami» y el «Cagaloglu Hamami».
Los beneficios para la salud
El calor al que es sometido el organismo le obliga a acelerar sus funciones metabólicas: aumento de ventilación, aceleración de la circulación sanguínea y estimulación de los sistemas nervioso y hormonal, lo que produce una mejora general de la salud.
Permite una mayor oxigenación y revitalización de los tejidos. Ayuda a retardar el proceso de envejecimiento de la piel.
El vapor produce una equilibrada dilatación de los poros y procura una transpiración abundante que, además de eliminar toxinas e impurezas, estimula la circulación sanguínea.
Con la dilatación de los poros de la piel, el vapor permite una limpieza profunda y duradera que deja la epidermis lisa y aterciopelada.
Desde un punto de vista terapéutico el baño turco humedece las vías respiratorias, es expectorante en caso de resfriado, tos y ronquedad. Además, ayuda a combatir la bronquitis, la sinusitis y otras afecciones de tipo respiratorio.
Los pulmones y todo su sistema bronquial aumentan su capacidad de intercambio de oxígeno y ventilación general.
Contribuye a la limpieza de los genitales femeninos., vulva y vagina y facilita la secreción del flujo vaginal. Las dismenorreas o menstruaciones dolorosas son siempre aliviadas por la acción del calor.
Relaja el sistema nervioso., por lo tanto, tiene resultados muy beneficiosos para todas las personas que sufren de estrés, ansiedad, depresión, etc.
Indicado para los adolescentes con acné. y para los hombres, porque alisa y suaviza la piel, lo que les facilita el afeitado.
Es menos estresante para el organismo que la sauna, a pesar del efecto psicológico de `agobio’ que produce la ‘niebla’.
Sin embargo no está de más dar algunas recomendaciones generales que pueden hacerle más agradable y placentero la sesión del baño turco y obtener todos los beneficios que de él se derivan como son: salud, placer y confort.
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2 Comentarios en Baños turcos y los beneficios para la salud
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Completamente de acuedo contigo Rodrigo, yo asisto desde hace 8 años, comenzó por curiosidad respecto al real efecto de relajación y ahora asisto cada dos semanas, el sauna y en especial los baños turcos no solo suavizan la piel, ayudan a mejorar la respiración, me ayudan a dormir mejor y por supuesto, se produce un tipo de sociabilización espontánea entre varones desnudos, donde no importa edad o extracción socioeconómica, ayuda a olvidar cualquier complejo ya que nadie se fija en tu cuerpo, pues todos estamos en las mismas condiciones.
Asisto hace años a tomar baños turcos y sauna, es sumamente relajante, en efecto la piel se siente mas tersa, en caso de resfrío o tos, ayuda a despejar las vías respiratorias, pero en mi caso particular es una instancia de interacción social donde los varones podemos charlar completamente desnudos y sin inhibiciones mientras disfrutamos del vapor.