Beber agua pura en abundancia es esencial para mantenernos saludables

El agua es un nutriente esencial para la vida. Necesitamos agua para respirar, agua para comer, agua para llorar, agua para pensar. Constituye entre un 50 y un 75% del peso corporal: aproximadamente un 85% de la sangre, un 75% del cerebro, un 70% de los músculos y hasta un 22% de los huesos. Así que, aunque a primera vista los seres humanos parecemos de carne y hueso, en el fondo casi tres cuartas partes de nosotros es agua.

Pero además de formar parte de nuestros tejidos, el agua es imprescindible para que el organismo pueda desarrollar sus funciones vitales. Participa en casi todos los procesos del organismo y es el medio donde se realizan las reacciones químicas celulares.

Solvente, lubricante y refrescante, el agua es necesaria para evitar la fricción entre los órganos, eliminar toxinas, llevar los nutrientes a destino o regular la temperatura del cuerpo a través de la transpiración.

Resulta obvio, así pues, que su ingesta es un pilar fundamental de una alimentación sana. Si bien la cantidad varía en función de la edad, actividad física y temperatura ambiental, la dosis recomendada para un ser humano adulto es de unos tres litros de agua al día como mínimo, de los que la mitad aproximadamente los obtenemos de los alimentos y la otra mitad debemos conseguirlos bebiendo.

Esta cantidad de líquido pasa una y otra vez por la depuradora de los riñones, que llegan a filtrar unos 180 litros de agua diarios, de los que 179, una vez limpios, vuelven al torrente sanguíneo, y el resto se elimina en forma de orina, mientras que a través del sudor, la respiración y las heces se pierde casi otro litro diario.




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