Cálculos biliares

Casi uno de cada 10 estadounidenses tiene o tendrá cálculos biliares. La mayoría de los cálculos biliares no se acompaña de síntomas. Los cálculos que bloquean los conductos que conectan la vesícula biliar con el hígado y el intestino delgado pueden ser muy dolorosos y potencialmente peligrosos. La vesícula biliar almacena bilis, líquido digestivo que se produce en el hígado. La bilis se transporta por conductos que van de la vesícula biliar al intestino delgado y ayuda a la digestión de las grasas. La vesícula biliar sana posee cantidades equilibradas de ácidos biliares y colesterol. Los cálculos biliares suelen formarse cuando se eleva la concentración de colesterol. Pueden ser tan pequeños como un conducto colédoco grano de arena o tan grandes como una pelota de golf.

Los cálculos biliares pueden producir dolor intenso y repentino hasta de varias horas de duración. Es usual que el dolor se inicie poco después de comer. Comienza en la parte superior derecha del abdomen y puede desplazarse a la espalda o el hombro derecho. A veces, se acompaña de páncreas fiebre y náusea. Al ceder el dolor, persiste una sensación de dolor o malestar leve en la porción superior derecha del abdomen. Cuando un cálculo bloquea los conductos biliares, la piel y la parte blanca de los ojos suelen tornarse amarillentas (ictericia). También son posibles la aparición de fiebre o la evacuación de heces pálidas, similares a la arcilla.

Los ancianos y mujeres están en mayor riesgo de cálculos biliares, en especial las embarazadas o mujeres que toman estrógenos o píldoras anticonceptivas. El riesgo también es mayor:

  • Si existe sobrepeso o se disminuyó recientemente de peso corporal.
  • Si cuenta con antecedentes familiares de padecer esta situación o trastornos afines del intestino delgado.

Autocuidados

Evitar los alimentos grasosos puede ayudar a reducir los episodios de cólico biliar.

Atención médica

Se aconseja consultar al médico si se padece dolor recurrente o intenso. Hay que buscar atención médica inmediata si la piel se torna amarillenta o sobreviene fiebre durante una crisis.




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