Clínica del reumatismo

Hay enfermedades reumáticas que se curan solas, otras producen la, muerte. Unas duran días o semanas, otras meses o años, otras toda la vida. Unas alteran la piel, otras el pulmón o el corazón, otras el hígado o intestino, o el riñón, o los nervios. Unas dañan el ojo por dentro, otras el ojo por fuera. Y muchas, varias partes a la vez.

El dolor puede aparecer con el movimiento y mejorar con el reposo, o bien empeorar en la cama y mejorar andando. Ser permanente o en forma de ataques. Localizarse en una sola articulación o en varias. Ser continuo o cambiante de sitio, o de intensidad, con o sin inflamación.

La inflamación se nota porque produce fiebre o calentura, sudores o escalofríos, más o menos pulsaciones de las normales y cansancio o agotamiento. Y en la articulación inflamada hay hinchazón o está más caliente, tiene derrame de liquido articular o incluso algún enrojecimiento.

También hay enfermedades reumáticas que se presentan al mismo tiempo que otras localizadas en la piel (psoriasis),pulmón (tuberculosis), corazón (endocarditis), sangre (leucemia), intestinos (colitis), riñón (cálculos), glándulas (diabetes), nervios (neuritis) y de los ojos (conjuntivitis), por señalar sólo unas pocas.

Las enfermedades reumáticas son todas de distinta naturaleza pero hay algunas que siendo diferentes se parecen algo entre sí. Esto ha permitido muchos intentos de clasificación que agrupan a las enfermedades que tienen algo en común para distinguirlas o aislarlas de otras enfermedades que tienen características distintas.

Así se separan las que son de causa inflamatoria de las degenerativas, las que son de tipo infeccioso de las metabólicas. las que afectan fundamentalmente a las articulaciones de las que dañan a los tendones, a los músculos o a los nervios, las que son de presentación aguda de las crónicas, las que producen artritis emigrantes de las que producen artritis fluctuantes o artritis intermitentes o artritis crónicas. Las que alteran la columna vertebral de las que dañan las articulaciones de los miembros, etc.

La que utilizamos desde hace años por su indudable valor práctico que permite al médico un diagnóstico más fácil al pasar del síntoma al síndrome y del síndrome a la enfermedad, es una clasificación decimal.

El síntoma más importante que es el dolor sirve de guía. La asociación de otras características compone un síndrome (síntomas asociados) y el síndrome nos pone muy cerca del diagnóstico de la enfermedad.

La observación más atenta y detenida permitió comprobar una asociación curiosa con la edad y el sexo de los enfermos y así se empezó a observar que ciertos tipos de dolor aparecían con más frecuencia en ciertas edades y en uno u otro sexo.

Que después de la menopausia las mujeres gruesas padecen dolor en las rodillas, especialmente al subir y bajar escaleras, sin hinchazón, o bien pequeñas deformaciones de las articulaciones de los dedos que hay junto a las uñas, a veces también en la parte de la muñeca que sale el dedo pulgar.

Que los niños y adolescentes presentan dolores intensos en las articulaciones, que cambian de sitio y tienen fiebre, después de padecer anginas o faringitis unos días antes.

Que los hombres mayores padecen ataques de reumatismo en una sola articulación, con la mayor frecuencia en el dedo gordo del pie, que se pone rojo, hinchado y caliente, que desaparecen en diez-quince días sin dejar rastro.

Que las personas mayores, especialmente las mujeres, padecen con más frecuencia dolores en varias articulaciones de los miembros en uno y otro lado, con signos de inflamación tales como hinchazón, calor, derrame de líquido articular, durante meses y años con empeoramiento progresivo.

Que aquellos que trabajan con la espalda doblada o hacen esfuerzos en esta postura para levantar peso, acaban padeciendo dolor de riñones o lumbago, como también se dice, o incluso lo que es peor, la ciática.

Que los hombres jóvenes padecen el reumatismo de la espalda, especialmente por la noche o de madrugada y necesitan levantarse y andar un poco para notar cierto alivio, encorvándose progresivamente.

Que hay dolores en cualquier articulación relacionados con ciertas actividades laborales o deportivas que aparecen produciendo el dolor en ciertos movimientos, aunque otros movimientos de la misma articulación pueden realizarse sin dificultad.

Y que muchas personas, especialmente mujeres, se quejan de que les duele todo, siempre, sin encontrar alivio con nada y están francamente desesperadas, aunque aseguran una y otra vez que son muy sufridas.

El dolor intenso en los riñones que se corre por dentro de la pierna y llega hasta el pie puede ser tan intenso que inmoviliza al enfermo en un sillón, sin atreverse a toser, moverse o respirar porque aún le aumenta más el dolor.

El enfermo de reumatismo no necesita aprender tanto como el especialista reumatólogo, pero debe saber que necesita consultar con él cuando tenga reuma para que le averigüen primero cuál es la enfermedad que se lo produce.

Debe también rechazar los consejos, recomendaciones y remedios que le brinda la sabiduría popular, que sin saber distinguir lo que es un síntoma de lo que es una enfermedad no duda en proponer remedios africanos con el mismo aplomo que otros más entrometidos aconsejan medicamentos que aliviaron a «otros» enfermos.

¿Reumatismo en la piel?

Si entendemos por reumatismo el dolor articular, no se puede decir que haya reumatismo en la piel, porque en la piel no hay articulaciones. Pero si preguntamos si hay alteraciones en la piel cuando se padecen algunas enfermedades reumáticas diremos que  sí y que son muchas, hasta el punto de pode afirma que cuando no se comprueba el estado de la piel en un enfermo reumático, no se puede decir que se ha hecho un reconocimiento completo.
La «psoriasis» es una enfermedad de la piel que produce unas manchas rojizas con escamas blancas que se desprende toda la piel del cuerpo y extremidades, incluyendo las palmas de las manos, el surco
para las nalgas y las plantas de los pies. También puede ser común y localizarse sólo en codos y rodillas, o bien puede aparecer sólo detrás de la oreja, en el ombligo o en las uñas, no existir, cuando ya el enfermo se queja de las articulaciones inflamadas, porque en estos casos aparece meses o años después.

La fiebre reumática produce en la piel unas manchas sonrosadas en forma de anillos que cuando se ejerce sobre ellos alguna presión desaparecen. En algunos casos estas manchas no son tan numerosas y sólo aparecen en pequeños les llama «eritema centrífugo» al primero y «eritema anular» al segundo. Estas manchas aparecen un poco tarde en el curso de la enfermedad y por eso se atribuyen erróneamente a intolerancias medicamentosas, Algunas veces estas manchas rojizas sobresalen un poco de la piel, tienen un hoyuelo en el centro y forman también vesículas que Los que padecen hepatitis pueden haber padecido, antes de hacerse amarillos, una forma de reumatismo inflamatorio leve asociado a manchas rojas un poco salientes de forma y tama ño diverso con picor, como si fuera urticaria, producida por la misma donde el enfermo se apoya (codos, cabeza, espalda).




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Un comentario en Clínica del reumatismo

  1. Joan Gallart Dice:

    Hola buen artículo, me gustaría añadir que muchísimas patologías degenerativas, aparte de la higiene o salud postural que es clave, son debido a desequilibrios de cadenas musculares.
    El cuerpo está formado por diferentes cadenas musculares y al volver a reequilibrarlas mejoramos de mucha sintomatología. La manera de reaquilibrarlas es mediante estiramientos globales.

    1 saludo

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