Cómo desarrollar un programa de ejercicios durante la maternidad

Una vez que empieces, te sorprenderá comprobar lo rápidamente que notas un cambio en tus niveles de energía. En algunos casos, con hacer tres caminatas durante una semana huy mujeres que ya notan una mejora.

Con el tiempo, descubrirás que hay cosas que antes te costaban un gran esfuerzo y que ahora te resultan mucho más sencillas. Las mismas escaleras que antes te hacían jadear y resoplar ahora son más llevaderas, incluso cuando Iu subes cargada con la compra.

Para asegurarte de que sigues cuidando tu forma física es importante que no dejes de imponer desafíos a tu cuerpo. Esto es fundamental y será la clave para que conserves la motivación.

Si continúas realizando la misma actividad con el mismo nivel de dificultad, semana tras semana, corres el riesgo de aburrirte. Además, los beneficios resultarán menos obvios.

En este capítulo examinaremos con detalle cómo desarrollar tu propio programa de ejercicios. Recuerda que la clave para mantener la motivación está en buscar actividades que te resulten agradables y manejables, y en variar de vez en cuando para no aburrirte.

Principios para establecer un programa gradual

Los principios generales para establecer gradualmente tu programa se aplicarán al ejercicio que elijas, ya sea natación, caminatas, ciclismo, aeróbic o montar en monopatín.

  • Empieza a un ritmo que te resulte agradable.
  • Incluye actividades que cubran los tres aspectos bási-cos para la buena forma física: salud cardiovascular, flexibilidad y fuerza.
  • Sé constante y cíñete a tu programa tanto como te sea posible.
  • Controla tus progresos y dedica un tiempo a meditar sobre las mejoras que se van produciendo en tu estado.
  • Cambia tus actividades y prueba cosas nuevas.
  • Imponte nuevos retos.
  • Felicítate por tus logros de vez en cuando.
  • Ten siempre presente tus metas.

Equipamiento

El hecho de utilizar un material adecuado para el ejercicio que se va a practicar implica una gran diferencia. Si utilizas un calzado que no resulte cómodo, si tienes frío o calor, pasas sed o te salen llagas en los pies probablemente no te sentirás demasiado motivada para continuar con tu programa.

Calzado

Utiliza un calzado cómodo y que te proporcione una buena sujeción. Si no tienes calzado de deporte, utiliza algún otro siempre que sea plano y cómodo. Si tus bambas son viejas y están muy gastadas, te arriesgas a lesionarte de alguna forma. Cómprate un calzado más apropiado si tienes intención de caminar sobre terreno irregular. Utiliza calcetines de algodón, son mucho mejores para hacer ejercicio que los sintéticos, ya que reducen la fricción y el sudor.

Ropa

Lleva ropa que te resulte cómoda y en diferentes capas para tener siempre la posibilidad de quitarte alguna prenda cuando entres en calor. Unos pantalones cortos o unas mallas serán ideales, o, si no, puedes ponerte un chándal. Recuerda que conforme camines irás entrando en calor, así que no te entusiasmes y te pongas demasiada ropa encima.

Elegir el transporte para el bebé

Hay todo tipo de vehículos para llevar a los bebés. Cuando adquieras este accesorio ten en cuenta el lugar donde vives y los lugares por donde pretendes andar.

Considera:

  • Cuál es tu idea sobre lo que vas a hacer.
  • ¿Durante cuánto tiempo va a utilizarlo tu hijo?
  • ¿Te cabrá en el maletero?
  • ¿Es fácil plegarlo?
  • Maniobrabilidad: ¿qué clase de ruedas tiene? Piensa en lo que te has divertido durante años tratando de aprender a controlar el carrito del supermercado. Para tu hijo, busca un carrito que te permita maniobrar con facilidad.
  • ¿Te resulta fácil moverlo o tienes que empujar con fuerza para controlarlo?
  • Busca un carrito que permita cambiar el asiento, de modo que puedas llevar al niño de cara a ti o mirando al frente. También te será útil por si quieres cambiar el asiento para que le dé o no el sol.
  • Si utilizas el transporte público, ¿te resultará fácil subirlo? ¿Cabrá en el autobús o en el tren?
  • Pruébalo pasando por algunas cunetas y escalones.
  • ¿Dispone de espacio para que lleves la compra o la bolsa del niño?
  • Si estás pensando tener más de un niño, ¿cabe la posibilidad de que los saques a los dos en el mismo carrito?
  • ¿Podrías llevarlo en un paseo por el campo o por la playa?
  • ¿Tiene garantía?
  • ¿Es fácil mantenerlo limpio?
  • ¿Tiene protector contra el viento y la lluvia?
  • ¿Puede repararse?

Recuerda que lo vas a utilizar y a sacar mucho, así que busca bien.

Busca artículos de revistas que hablen de las diferentes opciones en lo referente a carritos para bebés. Mucho después de que a tu hijo se le hayan quedado pequeños todos esos vestiditos tan monos que cuestan un ojo de la cara, seguirá utilizando su carrito, así que considéralo como una inversión a largo plazo y no escatimes. Renuncia a algunos de los objetos típicos para bebés y compra un carrito que pueda servirte durante los próximos dos o tres años.

Echa un vistazo en las tiendas de ciclismo. Las variedades de carrito con tres ruedas son estupendas: son ligeros, manejables, fáciles de llevar y, lo mejor de todo, no tienes que matarte para empujarlos. Si tienes intención de correr o ir con patines, esta será seguramente la mejor opción.

Si el precio te parece demasiado elevado, cuando nazca tu hijo considera la posibilidad de pedir a un grupo de familiares o amigas que te compren entre varios un carrito en vez de traerte un montón de peluches. Hay algunos diseños un poco peculiares, así que primero dedícate a mirar y después compra.




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