Cómo disminuir el colesterol

Las enfermedades cardiovasculares son todavía la principal causa de muerte en los Estados Unidos. Gran parte del millón de fallecimientos son consecuencia del estrechamiento o bloqueo de las arterias (aterosclerosis). El colesterol tiene un papel determinante en esta enfermedad y esto en gran parte se puede prevenir. La aterosclerosis es un proceso sin dolor ni otros síntomas en el cual se acumulan depósitos de grasa que contienen colesterol en las paredes de las arterias. Estos cúmulos ocurren a la manera de protuberancias llamadas placas ateroscleróticas. A medida que se forma la placa, el calibre interior de la arteria se estrecha y el flujo de sangre disminuye.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es una sustancia parecida a la cera y semejante a grasa (lípidos). Con frecuencia, al referirse a él se le considera un veneno, sin tomar en cuenta que es indispensable para vivir. El colesterol es esencial para las membranas de las células del cuerpo, el aislamiento de los nervios y la producción de ciertas hormonas. Además, lo emplea el hígado para producir los jugos biliares, que participan en la digestión de los alimentos.
La confusión que rodea al colesterol se debe en parte a la forma en que algunas personas utilizan el término. Es común que la palabra «colesterol» se utilice de manera genérica para abarcar el colesterol ingerido y el que circula en la sangre.
- Colesterol de la dieta: Es el que existe en los alimentos en forma de lípido. Está presente sólo en productos de origen animal, como las carnes rojas y productos lácteos.
- Colesterol de la sangre: Existe en una forma distinta, como componente natural de los lípidos de la sangre.
El colesterol de la sangre proviene del hígado y de los alimentos que ingerimos. El hígado sintetiza casi 80 por ciento del colesterol de la sangre, mientras que el 20 por ciento restante proviene de la dieta. La cantidad de grasas, en particular las saturadas, y de colesterol que ingerimos, influye en los niveles de colesterol en la sangre.
Colesterol de la sangre: el bueno, el malo y el feo
Para transportar el colesterol en la sangre, el cuerpo lo recubre con un tipo especial de proteínas, llamadas apoproteínas. Una vez recubierto, se forman los paquetes llamados lipoproteínas.
Las lipoproteínas transportan colesterol y triglicéridos (otro tipo de lípido) en la sangre. Algunas lipoproteínas se llaman lipoproteínas de baja densidad (LDL) y contienen mucho colesterol, mientras que otras, llamadas lipoproteínas de alta densidad (HDL), consisten principalmente en proteína. Hay quienes llaman «colesterol malo» a las LDL y «colesterol bueno» a las HDL. A continuación se detalla el motivo.
El colesterol sirve como material de construcción en las células de todo el cuerpo. Las partículas de LDL, que transportan colesterol, se unen a receptores de las superficies celulares y luego se reciben en las células. En caso de haber partículas excesivas de LDL en la sangre, si las células del hígado no reciben de manera normal estas partículas o si hay muy pocos receptores de LDL en el hígado, el exceso de colesterol se deposita en las paredes de las arterias.
Es en este momento cuando las lipoproteínas de alta densidad o HDL representan su papel de «buenas». De hecho, se unen al colesterol depositado en las paredes de las arterias y lo transportan al hígado para su eliminación. La situación puede tornarse difícil si persisten depósitos excesivos de colesterol de partículas de LDL en las paredes arteriales. En éstas, aparecen placas y la arteria empieza a estrecharse, proceso llamado aterosclerosis. Por lo tanto, los valores altos de HDL son buenos. Ayudan a la protección contra la aterosclerosis.
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