¿Cómo se diagnostica y se trata el cáncer a la próstata?

La diferencia entre el cáncer de próstata y la dilatación benigna (I-IPB) es que el primero puede extenderse a otras partes del cuerpo (metástasis), en especial a los huesos, donde puede causar dolor o incluso fracturas. Cuando el cáncer es la causa de los síntomas prostáticos, éstos pueden aparecer de nuevo después del tratamiento si se reproduce el tumor. A veces, el cáncer de próstata en sí no causa ningún síntoma y la primera señal de la enfermedad aparece en cualquier otra parte del cuerpo.

El doctor sospechará de la existencia de un tumor si la próstata está demasiado dura o presenta una forma irregular, o si el nivel de antígeno prostático específico es muy elevado. Si no se da ninguna de estas dos circunstancias, el especialista puede recomendar una ecografia transrectal. A veces el paciente necesitará una resección transuretral de la próstata debido a la gravedad de sus síntomas prostáticos. Esta intervención, que consiste en la extirpación de una parte de la próstata, se realiza rápidamente si se sospecha que el paciente sufre cáncer, con el fin de obtener un diagnóstico claro. En ocasiones no se detecta el tumor maligno hasta que un patólogo examina el tejido extraído durante la intervención quirúrgica.

También se hace una placa de rayos X o se realiza una prueba llamada gammagrafia ósea para comprobar que el tumor no se ha extendido a los huesos. El método consiste en inyectar una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva que se acumula donde el hueso está afectado, y se detecta con un escáner especial. No es una prueba específica para el cáncer, porque esta acumulación puede deberse a otras enfermedades como la artritis, fracturas mal soldadas y enfermedades benignas de los huesos. Raramente se practica una intervención para extraer una pequeña parte del hueso con el fin de analizarla.

¿Cómo se trata?

La extirpación o destrucción del tumor canceroso acabará con la enfermedad si ésta no se ha extendido. Hasta hace poco, esto era lo único que se podía hacer para tratar la mayoría de cánceres; si se extendía (metástasis), no había solución. Sin embargo, hoy en día existen muchos tratamientos para destruir o reducir el tumor que se ha expandido a otras partes del cuerpo. El cáncer de próstata fue uno de los primeros tipos de cáncer para el que se concibió este tipo de tratamiento.




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