Consumir nueces, cereales integrales y legumbres para evitar carencias de manganeso

Nuestro organismo contiene de 10 a 20 mg de manganeso, localizados en su mayor parte en las mitocondrias de todos los tejidos, especialmente los que conforman hígado y riñones.
Entre las funciones de este microelemento esencial destacan las relacionadas con el crecimiento y la reproducción: la formación de los huesos, el desarrollo de tejidos y la producción de hormonas sexuales.
Además interviene en la coagulación de la sangre, la producción de hemoglobina, la asimilación de varia vitaminas, la biosíntesis de colágeno y la albúmina del tejido conectivo. Contribuye al buen funcionamiento del sistema nervioso y del cerebro como de las enzimas que activan la síntesis de las grasas. Junto con zinc y el cobre, el manganeso fortalece el sistema inmunológico.
Un déficit de manganeso puede ocasionar numerosas complicaciones, como coágulos de sangre, trastornos neurológicos, esterilidad, intolerancia a la glucosa, malformaciones óseas, dermatitis, cambios en el color del pelo, lento crecimiento de uñas y cabellos, o alteraciones congénitas en el feto.
Por suerte, su deficiencia es muy poco frecuente cuando se sigue una dieta natural. Poco abundante en la alimentación animal, el manganeso se encuentra fundamentalmente en las nueces, cereales integrales, pescado, legumbres, té y verduras de hojas verdes.
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