Dieta para disminuir los lípidos en sangre en hipertensos

Un nivel elevado de colesterol o triglicéridos en sangre se conoce con el término de hiperlipemia. Es importante que sepa que cada laboratorio de análisis clínicos tiene sus propios límites de valores normales (es aconsejable que el análisis de sangre se realice siempre en el mismo centro); pero, hablando en general, los valores normales de colesterol en los adultos fluctúan entre los 3,6 y 7,3 mmol por litro (140280 mg/dl) y, en condiciones ideales, entre 4,5 y 5,2 mmol por litro (175-200 mg/dl). Los valores normales de los triglicéridos en sangre son de 0,4-1,9 mmol por litro (o 200 mg/dl).

Las grasas o lípidos circulan por nuestra sangre en forma libre o transportados por unas moléculas llamadas lipoproteínas. El colesterol es transportado por diferentes tipos de estas moléculas. El colesterol transportado por las LDL sólo puede eliminarse de la sangre mediante la acción de las HDL, que se encargan de transportarlo hasta el hígado, donde el colesterol puede ser eliminado a través de la bilis (una sustancia segregada por el hígado que se vierte a nuestra vesícula biliar). En consecuencia, además del colesterol total, es muy importante controlar estas fracciones (cuyos valores indica el laboratorio al realizar el análisis de ayudarlo a mantener un nivel baja de colesterol LDL (el «malo») y un nivel elevado de colesterol HDL (el «bueno»). Existen cuatro tipos principales de hiperlipemias.

Hipertrigliceridemia

La hipertrigliceridemia (aumento de los triglicéridos) es un proceso muy poco frecuente que también puede afectar a los niños. Los pacientes no pueden eliminar la grasa de la dieta al ritmo normal y, después de una comida normal, los quilomicrones (que son las lipoproteínas que transportan los triglicéridos) permanecen en la sangre durante mucho tiempo. Estos pacientes tienen un nivel sanguíneo de triglicéridos muy elevado, pero en general el nivel de colesterol es normal. Los síntomas incluyen episodios de dolor después de una comida muy rica en grasas, un aumento del tamaño del hígado y el bazo y xantomas (que son nódulos cutáneos de color amarillento).

Hipercolesterolemia familiar

Esta hipercolesterolemia se produce con carácter familiar, por lo que, si su padre o su madre padecen esta afección, es muy probable que usted también la sufra. La hipercolesterolemia familiar afecta a un 0,25-0,5% de la población y se asocia con un riesgo mucho mayor de enfermedad coronaria y, en consecuencia, de infarto de miocardio. Muchos de los pacientes afectados sufren un infarto de miocardio antes de los 30 años de edad. En general el tratamiento requiere tanto una medicación de por vida con fármacos para disminuir el colesterol como el seguimiento de una dieta baja en grasas.

Hiperlipemia familiar combinada

Es una enfermedad hereditaria en la que se identifica un aumento tanto de las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) como de las de baja densidad (LDL). El aumento de estas últimas es el que acarrea un riesgo mayor de coronariopatía, ya que esta lipoproteína es la principal productora de la placa de las arterias. Muchos pacientes también tienen tendencia a presentar sobrepeso, diabetes o hipertensión.

El tratamiento de esta enfermedad debe basarse en los fármacos hipolipemiantes y en la dieta. Algunos pacientes han mejorado espectacularmente con suplementos naturales de goma guar, que contribuye a arrastrar las grasas de la sangre. Esta preparación a base de fibra es extraordinariamente viscosa (espesa y de consistencia parecida a la gelatina) y se administra con agua o espolvoreada sobre los alimentos.

No obstante, el principal medio de control de esta enfermedad es seguir una dieta. Numerosos pacientes cumplen convencidos los consejos dietéticos cuando comprenden su enfermedad y la posibilidad de sufrir un infarto, aunque muchos otros necesitan ayuda y mucha persuasión por parte del médico para lograrlo.

Hiperlipemia secundaria a otra enfermedad

En general, el nivel de colesterol sanguíneo aumenta en los pacientes con una enfermedad renal denominada síndrome nefrótico, al igual que en los pacientes con una actividad insuficiente de la glándula tiroides (hipotiroidismo). Por consiguiente, el objetivo del tratamiento es la enfermedad subyacente. Para el aumento de los niveles sanguíneos del colesterol asociado habitualmente con la dieta, el sedentarismo, sobrepeso y obesidad, gota y diabetes es preciso seguir una dieta baja en grasas. En algunos pacientes, será necesario asociar un tratamiento con un fármaco hipolipemiante.

Numerosos estudios clínicos han demostrado que el sedentarismo contribuye a mantener un nivel sanguíneo bajo de colesterol HDL (el colesterol bueno). Por esta razón, y dados los múltiples beneficios del ejercicio, los médicos recomiendan la práctica de ejercicio a todos los pacientes con hiperlipemia.

Las primeras tres formas de hiperlipemia mencionadas previamente se conocen con el nombre de «primarias» porque no se producen como consecuencia de una enfermedad subyacente diferente. La siguiente información dietética es adecuada para todos los casos.

Alimentos que deben limitarse según la tolerancia:

  • Carne magra y carne de ave.
  • Queso desnatado y toda la variedad de pastas para extender, tales como el queso para untar, pasta sardinas, de aceitunas, etcétera, y yogures.

Alimentos que deben evitarse:

  • Mantequilla, margarina, cualquier grasa para coci como la manteca de cerdo y aceites.
  • Leche entera o semidesnatada, yema de huevo, queso, helados, nata, etcétera.
  • Pasteles, tartas y galletas.
  • Dulces hechos con grasas, como el dulce de leche chocolate, etcétera.
  • Tentempiés y refrigerios que contengan grasas, con patatas fritas (de bolsa), cacahuetes, aceitunas y aguacates.
  • Despojos, carne grasa y de lata, embutidos, pescado graso y pescado rebozado, frito o en salsa.
  • Sopas, salsas y cualquier producto preparado con ingredientes de esta lista.

Alimentos permitidos

Se permiten todos los alimentos no incluidos en las listas anteriores; por ejemplo:

  • Leche desnatada
  • Pan y cereales
  • Fruta, verdura y zumos naturales
  • Extractos de fruta natural y agua mineral

Pérdida de peso

La pérdida de los kilos de más siempre plantea un problema difícil y nadie lo sabe mejor que las personas obesas o con un sobrepeso. Si su peso es excesivo y ha tratado en numerosas ocasiones de adelgazar sin éxito, su entusiasmó recibirá el impulso que necesitaba para tener éxito ahora que comprende claramente los beneficios para su salud, para su vida y, en definitiva, para su vitalidad.

Cada año aparecen miles y miles de dietas nuevas. Muchas de éstas se quedan a mitad de camino, otras son lo suficientemente eficaces para hacerse muy populares, y en ocasiones una de ellas se consolida firmemente en nuestro variopinto repertorio del tratamiento de la obesidad.

El único secreto para perder peso con éxito es elegir la estrategia que se adapte a usted. Las dietas muy bajas en calorías tienen una inmerecida mala fama, pero sin ninguna duda desempeñan un importante papel en algunos casos. Muchos médicos consideran que son más eficaces si estas dietas se siguen bajo control médico. Se basan en el único consumo de un preparado que ha de disolverse con agua o leche, que contiene muy pocas calorías pero posee todas las vitaminas y minerales necesarios para su salud. Dado que el paciente obeso sólo consume unas 600 calorías diarias, puede perder una importante cantidad de peso en el curso de un mes. No obstante, puesto que son dietas muy bajas en calorías, no es aconsejable que el paciente haga una vida normal. Los médicos no son partidarios de los fármacos que inhiben el apetito porque producen numerosos efectos adversos y una rápida tolerancia (es decir, al cabo de pocas semanas, para conseguir el mismo efecto supresor del apetito el paciente necesitará aumentar la dosis). Aun así, utilizados de manera prudente, estos fármacos pueden romper las barreras de la desesperación por el fracaso en la pérdida de peso y ponerlo en el buen camino para empezar a perderlo.

Sea cual sea el método que decida emplear, para tener éxito debe recordar esta ecuación: el consumo de calorías debe ser inferior al gasto de energía; y el método más sensato es combinar el ejercicio regular con una dieta hipocalórica.

Es aconsejable que adquiera un buen libro sobre dietas donde encontrará muchas sugerencias sobre el consumo de calorías apropiado para su edad, sexo y el grado de obesidad. Es posible que se sorprenda del número de calorías que se le permite consumir en las primeras semanas. Los hombres y mujeres muy obesos normalmente pueden perder peso con una dieta de 1.500 calorías diarias, lo que dependerá de su grado de actividad. Está claro que un agricultor, un obrero de la construcción, un basurero o un carbonero gastan mucha más energía diariamente que un oficinista, una dependienta o una secretaria.

A medida que pierda peso, su índice metabólico (la velocidad a la cual su cuerpo quema energía) empezará a disminuir, lo que puede remediar mediante un ejercicio regular si su estilo de vida es sedentario. El ejercicio es muy beneficioso para perder peso y acelera la eliminación de la grasa, contribuye a aumentar los niveles de colesterol HDL, tonifica el corazón y los pulmones y contribuye a disminuir la presión arterial. Además, paradójicamente, el ejercicio aumenta la energía, la vigilancia y la vitalidad.

Con independencia de que siga una dieta a base de alimentos naturales o una dieta especial para disminuir el nivel de los lípidos sanguíneos y para perder peso, es muy importante que reduzca su consumo de calorías a medida que pierda kilos.




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