El aborto y sus consecuencias

El aborto es la expulsión espontanea o provocada del feto antes de que éste llegue a término. Queda claro, pues, que en un aborto puede no incidir en absoluto la voluntad de la gestante. En todos los casos, el aborto se debe a la interrupción del embarazo a causa de la muerte del embrión, o del feto, antes de su completa formación, tanto si se produce pocas semanas después de la concepción, como si acaece al finalizar el embarazo. Más de la mitad de los abortos se deben a un desarrollo deficiente del embrión.
El resto obedece a diversas causas, entre las que se destacan las malformaciones del aparato genital de la madre y las insuficiencias hormonales que ésta puede sufrir. Los traumatismos no suelen ser una causa importante del aborto.
La manifestación inicial más frecuente de un aborto es la hemorragia abundante; en muchos casos, la mujer siente al mismo tiempo las molestias producidas por las pequeñas contracciones que se originan en el útero para expulsar el embrión. En ausencia de otros motivos, los abortos son más frecuentes en los dos extremos de la edad fértil, es decir, en las mujeres que quedan embarazadas siendo todavía muy jóvenes yen las que superan los cuarenta años.
Como tema anexo al aborto haremos una pequeña reseña sobre los anticonceptivos. Se considera anticonceptivo a cualquier sustancia o medio empleado para evitar la fecundación. Existen distintas opciones o métodos anticonceptivos, pero la mayor parte de ellos se basa en la eficacia de preparados orales que combinan un estrógeno, que neutraliza el proceso normal de la ovulación, y un progestágeno (generalmente progesterona), que actúa sobre la hipófisis para bloquear el control del ciclo menstrual. Este método puede ser utilizado por cualquier mujer, incluso las adolescentes, si bien en este último caso el control debe ser mayor que en las mujeres adultas.
Las estadísticas que se han realizado hasta el momento, permiten afirmar que las mujeres que ingieren la «píldora» tienen mayor tendencia a padecer cáncer de mama. Al contrario, la píldora puede constituir indirectamente como un medio de combatir el cáncer del aparato reproductor, ya que estas mujeres deben efectuarse revisiones periódicas que podrían permitir detectarlo precozmente.
El anticonceptivo es uno de los métodos más usado por su seguridad. ya que su eficacia anticonceptiva, asciende a un 98% de efectividad. También existe el dispositivo intrauterino (DIU), que requiere una correcta selección de las usuarias, ya que en algunos casos existen contraindicaciones (infecciones, reacciones de rechazo, etc.). El porcentaje de utilización del DIU es, con mucho, inferior al de la píldora y el preservativo.
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