El ayuno nos puede ayudar a eliminar las toxinas acumulas y recuperar el equilibrio

Desde la antigüedad el ayuno ha formado parte de la dieta humana. Egipcios y griegos, entre otros pueblos, lo practicaban a menudo y también lo han recomendado numerosas religiones, como la cristiana, la musulmana y la hindú.
De hecho la práctica del ayuno suele relacionarse con la longevidad, pues se concibe como un recurso para mejorar la salud integral del organismo y hacerlo más resistente a las enfermedades.
Por supuesto, no hay que confundir el ayuno para recuperar el equilibrio con la anorexia, que es un trastorno alimentario provocado por un miedo a aumentar de peso.
El ayuno bien practicado es una técnica para mejorar la salud basada en el principio de que las células necesitan renovarse para mantenerse en condiciones. En el cuerpo se van acumulando impurezas por la ingestión de alimentos que incluyen productos tóxicos, y además los propios procesos de oxidación del organismo son responsables de la aparición de radicales libres.
Dejando de tomar alimentos, excepto agua o tisanas, lo que se persigue es que el sistema digestivo descanse, se recupere y se deshaga de estos residuos peligrosos.
El ayuno de un día a la semana es el más utilizado por la población en general. Pueden ser recomendables ayunos más largos para el tratamiento de determinadas enfermedades crónicas, siempre bajo la supervisión de un especialista.
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