El cobalto alivia los trastornos, tanto físicos como psíquicos, que acompañan a la menopausia

El cobalto se encuentra en la sangre en concentraciones de 1 micro-gramo por 100 ml, aproximadamente, almacenado en su mayor parte en el hígado, pero también en el páncreas. Asociado con el hierro y el níquel, este mineral estimula la producción de glóbulos rojos, ya que constituye el núcleo metálico de la vitamina B12 necesaria en la eritropoyesis.
También regula el sistema neurovegetativo y mejora todos los trastornos relacionados con él, como espasmos, sofocos, cefaleas, palpitaciones, angustias. El cobalto, además, protege de las enfermedades cardiovasculares y constituye una ayuda eficaz contra los problemas, tanto psíquicos como físicos, que pueden acompañar a la menopausia.
El déficit de cobalto en la dieta produce un déficit de vitamina B12 que se traduce por anemia perniciosa, nerviosismo, problemas neurológicos y falta de crecimiento.
Al ser incapaz de sintetizar el cobalto en su organismo, el hombre depende de los aportes de su alimentación para obtenerlo en cantidad suficiente.
Si bien cualquier dieta mixta suele cubrir las necesidades de cobalto, ya que se encuentra en las carnes y pescados, en los lácteos y en algunas hortalizas, como las lentejas, las cebollas y los higos, los regímenes drásticos o vegetarianos estrictos, que no consumen ningún producto animal, pueden ocasionar carencia de cobalto, que induce además la falta de vitamina B12.
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