El diagnóstico de las enfermedades reumáticas

A palabra «reumatismo» se emplea para nombrar el dolor que aparece en huesos, músculos o articulaciones y, por tanto, se refiere a una molestia que tiene el enfermo cuando sufre ciertas enfermedades.
Todas las enfermedades que producen este síntoma se llaman enfermedades reumáticas. «Artritis» es una palabra que se emplea cuando hay inflamación en una articulación que se revela cuando produce dolor, tumor, calor, rubor e impotencia funcional.
Hay más de mil enfermedades reumáticas
La palabra «reumatismo» carece de especificidad. Es como decir «árbol», «mueble», «libro», porque no se dice de qué clase de árbol, mueble o libro se está hablando. Es un término vago, para mencionar dolores y molestias en el aparato locomotor (huesos, músculos y articulaciones). Es un término apropiado para uso del enfermo, porque es un «síntoma» como la tos, el mareo, el vómito, que el enfermo sufre. Pero no es un término diagnóstico, si no se precisa el nombre de la enfermedad que lo produce.
Es importante comprender que hay enfermedades reumáticas cortas, que duran sólo pocos días o semanas, como las debidas a virus, que curan espontáneamente sin producir ningún daño. Hay otras que duran un poco más, semanas o meses y pueden producir algún daño permanente, como la fiebre reumática.
Y hay otras que son crónicas, de curso prolongado, durante meses o años y producen lesiones irreparables que pueden ser evitadas pero no reparadas.
Pero al principio el enfermo no sabe lo que tiene y no puede acertar con la mejor manera de cuidarse. El sólo sabe que tiene dolor y calcula su gravedad por la cantidad o intensidad de dolor que sufre y esto no es cierto, porque la intensidad del dolor no está relacionada de ninguna manera con la gravedad de la enfermedad que lo produce. Es necesario disponer desde el principio de una buena asistencia médica, que incluye diagnóstico claro y tratamiento adecuado.
Los que creen que el reumatismo no es una enfermedad grave tienen razón a medias. Aciertan cuando afirman que no es una enfermedad porque son muchas las enfermedades que producen reumatismo, pero carecen de razón cuando dicen que no tiene gravedad. Las enfermedades reumáticas pueden producir dolor y deformidades en las articulaciones, pero también pueden impedir que se muevan y entonces aparece la incapacidad o la invalidez.
Además también pueden dañar los órganos vitales (corazón, cerebro y riñón) y otros más y producir la muerte.
Los que afirman que no se puede hacer nada contra el reumatismo también se equivocan. Cuando un buen tratamiento se administra pronto, la invalidez se evita en la gran mayoría de los casos y las incapacidades se reducen, mientras el dolor disminuye o desaparece. Cuando los enfermos siguen un tratamiento desde el principio de la enfermedad, pueden impedir que la enfermedad cause ningún daño, ni a las articulaciones ni a los órganos vitales y pueden vivir normalmente mientras participan en el tratamiento.
Quien afirme que el reumatismo es cosa de viejos se equivoca. Hay bastantes enfermedades reumáticas propias de la infancia y algunas son importantes, graves o invalidantes. Hay muchos que empiezan en la edad adulta y rara vez en la vejez. Y hay también algunas propias de la vejez porque entonces se pagan muchas equivocaciones cometidas en la juventud. Y en las enfermedades reumáticas, que no son excepción, los errores, negligencias o abandonos anteriores producen más deterioro senil.
Los dolores articulares, periarticulares y musculares pueden significar tantas cosas (docenas y docenas de enfermedades distintas pueden producir síntomas parecidos), que es absolutamente necesario el diagnóstico hecho por un médico capacitado.
También es importante conseguir un diagnóstico «rápido» tan pronto como aparezcan los primeros síntomas. Por ejemplo: conseguir que una articulación funcione bien durante toda la vida o quedarse con la articulación anquilosada es cosa de pocos días en las artritis infecciosas. Cuando se diagnostica tarde lo segundo.
Cuando se descubre en la sangre o en el líquido sinovial la presencia del microbio responsable, el tratamiento con los antibióticos más indicados pueden salvar la articulación y a veces la vida del enfermo.
En la artritis reumatoide las cosas no tienen tanta urgencia. Pero es una enfermedad que pronto o tarde destruye el cartílago articular y la capa exterior del hueso y es importante empezar el tratamiento antes de que esto suceda. Sin embargo, los reumatólogos comprobamos que estos enfermos han tardado un promedio de cuatro años en tener un diagnóstico y un tratamiento adecuado.
Hay demasiados casos de invalidez que pudieron ser evitados. Pero el diagnóstico correcto de la artritis reumatoide no es fácil, especialmente en los primeros meses de la enfermedad. Hay unas cien enfermedades que pueden imitarla. Pero el médico capacitado tiene formación, recursos y posibilidades suficientes para hacer el diagnóstico antes de embarcar al enfermo en el tratamiento sintomático, sin escrúpulos de conciencia.
Es necesario recurrir al médico si hay: dolor persistente y regidez al levantarse de la cama:
- Dolor o hinchazón en una o varias articulaciones
- Accesos de dolor o hinchazón que se repiten
- Dolor y rigidez en cuello, espalda o en las articulaciones.
Sólo acudiendo pronto al médico se puede conseguir un diagnóstico temprano y se puede iniciar un tratamiento correcto con las mejores probabilidades de éxito. Esto puede ser cosa de meses en algunas enfermedades (artritis reumatoide), pero puede ser cuestión de semanas (fiebre reumática) o sólo días (artritis infecciosas).
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