El reumatismo y las glándulas endocrinas

Pues sí. Cuando las glándulas de secreción interna funcionan más o menos de lo normal, aparecen las «enfermedades endocrinas», comúnmente asociadas a diferentes tipos de reumatismo. Por ejemplo, los enfermos del «tiroides», lo mismo si tienen bocio que si no lo tienen pueden producir un exceso de hormona tiroides o un defecto de la misma. Las manifestaciones reumáticas que producen entonces mejoran cuando se trata la alteración del tiroides correspondiente o persisten y empeoran si no se trata la alteración glandular que las produce.

En el «hipertiroidisrmo». que es el aumento de la hormona del tiroides, se ha comprobado: artritis de cualquier articulación; poliartritis crónica. semejante a la artritis reumatoide; poliartritis del hombro afectando sólo a algún tendón; el síndrome hombro-mano que produce dolor en la extremidad superior, hinchazón de la mano y rigidez articular; hormigueos en la mano con el síndrome del túnel carpiano; descalcificación vertebral con dolores de espaldas neuralgias a lo largo del brazo; dedos en forma de palillos de tambor con las uñas curvadas como el vidrio del reloj, etc.

Cuando el tiroides produce poca hormona tenemos el «hipotiroidismo». Aquí también puede haber: poliartritis similar a la artritis reumatoide; hormigueos en una o dos manos, con el síndrome del túnel carpiano; descalcificación de los huesos; el ácido lirico elevado y accesos frecuentes de gota; flojedad muscular, especialmente en los hombros y nalgas, Y en los niños hay retrasos en el crecámiento por el desarrollo defectuoso de los huesos que pueden afectar las articulaciones y producir incapacidad funcional, sin mencionar la falta de desarrollo de algún hueso o vértebra que produce lesiones permanentes.

Hav unas glándulas muy pequeñas en el cuello, situadas dentro del tiroides, que son las «paratiroides». Cuando funcionan poco producen espasmos o calambres y cuando funcionan mucho producen una grail flojedad y otras alteraciones reumáticas como son: las artritis emigrantes imitando la fiebre reumática; poliartritis crónica, como en la artritis reumatoide; artritis aguda intermitente, como en la gota; dolores de espalda con gran descalcificación que aumenta las curvas de la columna; o bien dolores articulares con el ejercicio que ceden con el reposo, corno sucede en las articulaciones que sufren desgaste.

La «hipófisis» es la glándula que produce la hormona del crecimiento, además de otras. Cuando funciona poquito los niños crecen poco o se quedan enanos. Cuando funciona en exceso los huesos se hacen más grandes y entonces puede producir: poliartritis como en la artritis reumatoide; hormigueos en las manos por el túnel carpiano, las costillas crecen demasiado y deforman el pecho; la espalda se dobla por arriba y abajo y produce dolor; los ligamentos están flojos y se producen derrames en las rodillas con frecuencia, el dolor del tendón aparece con frecuencia en el hombro.

El «páncreas» produce la insulina y cuando no funciona bastante se produce la «diabetes», En esta enfermedad se observan; debilidad y atrofia muscular en la región de los hombros o de la pelvis, hasta llegar a la parálisis; descalcificación pronunciada de la columna; neuritis diversas, lo mismo en el cuello y brazo que en las piernas; hipertrofia del hueso y anquilosis de toda la columna y de algunas articulaciones, hundimientos y destrucción de los huesos del pie sin dolor, y reabsorción de los huesos del pie, que es lo que se llama artritis mutilante.

Todas estas alteraciones no son conocidas por enfermeras, practicantes, dentistas y farmacéuticos porque no son profesionales médicos. Tampoco tienen obligación de conocerlas ni necesidad de estudiarlas los médicos dedicados a otras actividades ajenas a la asistencia de enfermos reumáticos. Y naturalmente son desconocidas por completo por todos los legos ajenos a la profesión sanitaria, aunque hayan aprobado el bachillerato. Sólo que los sensatos son prudentes y los que no lo son hacen alarde de ignorancia, dando consejos sobre cosas que no entienden haciendo tanto daño a los enfermos que se convierten en auténticos terroristas.

Veamos algunos ejemplos

Doña Purificación era una señora mayor de unos setenta años que empezó a padecer artritis hacía cinco-seis meses. Los tratamientos administrados no consiguieron mejorarla. Cuando se dio cuenta que había perdido 6 kg. pensó que aquello podía ser importante y su médico me la remitió. Efectivamente también tenía muchas pulsaciones, un poco de fiebre, algo de temblor y al examinarle el cuello se encontró el tiroides un poco grande (bocio) y sensible a la presión. Se le pidió un examen del tiroides con material radiactivo y el informe comunicaba «tiroiditis», que permitió hacer un tratamiento específico con el que se puso bien después de algunos meses.

Doña Luisa tuvo una menopausia muy laboriosa. A los cuarenta años empezó a notar una gran flojedad y muchos dolores en las manos, pies, rodillas y a lo largo de la espalda, que no mejoraba con el tratamiento habitual de antirreumáticos. Un día empezó a padecer también ardor de estómago y acidez a las tres-cuatro horas de comer, que combatía con bicarbonato. A los pocos meses sufrió un cólico renal, que se repetía con frecuencia a pesar de eliminar piedras por la orina. Las piedras eran de calcio. Un gran dolor de espalda la inmovilizó en cama durante unos dos meses. El examen que se le hizo permitió comprobar que tenía «hiperparatiroidismo» y sólo se puso bien cuando le operaron del cuello y se le quitó un pequeño tumor de las paratiroides.

Doña Agueda notó a los treinta y seis años que se le empezaba a deformar un poco la cara. Se le hizo la nariz un poco grande, las orejas también y luego las manos y los pies. Empezó a tener entonces dolores en la espalda atribuidos a descalcificación y tampoco mejoró cuando le administraron varios comprimidos al día de calcio. Un día notó hormigueo en la mano, con cierta dificultad para coger cosas de algún peso, como una botella, un jarro y por entonces ya tenía dolor en el dedo pulgar, índice y medio. Cuando se la exploró entonces se apreció que tenía «el síndrome del túnel carpiano» causado por un pequeño tumor en la cabeza alojado en la hipófisis. Se puso bien con el tratamiento.

Don Sergio se había ido deteriorando paulatinamente en su estado general a partir de los setenta y siete años. Había adelgazado mucho (7 kg.), andaba arrastrando los pies, se le encogieron los dedos de las manos y tenía mucho hormigueo en los pies y piernas, atribuido a defectos de la circulación. Cuando se le vio en esta situación tenía los dedos de las manos en ligera flexión sin poderlos enderezar, en el ojo se le vio el anillo corneal y en el fondo del ojo retinitis. La tensión estaba elevada, había un soplo en el corazón y en los miembros inferiores se le apreciaron los pies blancos y fríos, también se notó que no tenía pulso. Tenía «diabetes y arteriosclerosis». Falleció de infarto de miocardio.




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3 Comentarios en El reumatismo y las glándulas endocrinas

  1. Karina Dice:

    Hola,tengo a mi suegra de 64 años que padece hace dos meses dolores fuertes en las articulaciones y músculos, casi no camina,padece hipotiroidismo pero hace mas o menos un año que dejó el tratamiento ,toma varios calmantes y los dolores persisten, le diagnosticaron reuma.

  2. margenia Villadiego Dice:

    Hace un año fui operada de ca papilar de tiroides y ahora se me ha presentado dolor intenso con hormigueo en rodilla y pantorrilla izquierda actualmente tomo sintroyt 100 lunes a jueves y 125mg ;viernes a domingo el endocrino dice que me dejaron las para tiroides quisiera saber cual seria la causa de mis dolencias gracias

  3. zoy polanco Dice:

    Hola, quisiera hacer una pregunta, pues desde hace varios días me dan muchos dolores en las articulaciones y se me quitan y vuelven, unos dias en en las manos otros en las rodillas y pies, no se si podría ser reumatismo o efecto de la tiroides, hace pocos dias tuve control y tenia demasiado alto el TSH,tomo levotrix de 125 mg desde hace 5 anos y no se si sea eso o reumatismo ayuda please….

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