El selenio es un escudo protector contra enfermedades degenerativas que no debe faltarnos

El selenio es un oligoelemento, es decir, está presente en el organismo en una cantidad ínfima: 0,013 gramos. Está dotado de las mismas propiedades desintoxicantes que el azufre, en forma de sulfuro de selenio. De ahí que ayude a eliminar los metales pesados del organismo, como el cadmio, el oro, la plata, el mercurio y el arsénico, así como a neutralizar agentes cancerígenos, protegiéndonos ante ciertos tipos de cáncer, como el de colon, próstata o pulmones.

Es además un potente antioxidante que impide la formación de radicales libres, potenciando el efecto de la vitamina E. Sin selenio el organismo no puede producir glutation, uno de los mejores agentes antienvejecimiento.

El selenio también protege del infarto de miocardio, estimula el sistema inmunitario, mejora la elasticidad de los tejidos y garantiza el funcionamiento de los músculos.

No acaban aquí las virtudes de este metal precioso, que actúa asimismo como antidepresivo y antiinflamatorio, que previene la aparición de cataratas y que suele prescribirse para el tratamiento de la caspa, las dermatosis seborreicas y las micosis reincidentes, así como para aliviar el malestar causado por la menopausia.

Las mejores fuentes de este valiosísimo mineral son el germen y el salvado de trigo, la avena, el arroz integral, los melocotones, las cebollas, el ajo, el tomate, el brécol y la levadura de cerveza.




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