Enfermedades reumáticas y lesiones en los nervios

Algunas enfermedades reumáticas pueden producir efectivamente verdaderas lesiones en los nervios y algunas enfermedades de los nervios pueden producir también ciertas alteraciones reumáticas.
El sistema nervioso
Pero las palabras «nervios» y «sistema nervioso» se utilizan con significados diferentes y primero conviene que digamos de qué clase de nervios vamos a hablar. El sufrimiento de cualquier enfermedad y naturalmente también de las enfermedades reumáticas, repercute en el carácter del enfermo produciéndole una depresión o bien ansiedad, irritabilidad, hostilidad, etcétera. De esto no nos vamos a ocupar ahora porque lo hablamos en otro capítulo.
Aquí vamos a tratar de las alteraciones que el sistema nervioso puede sufrir en relación con las enfermedades reumáticas y por sistema nervioso hay que entender desde el cerebro hasta la médula, que es la parte del sistema nervioso que está protegida por una envoltura de hueso, como el cráneo para el cerebro y la columna vertebral para la médula. Pero es que hay más. Desde la médula salen unos hilos de sustancia nerviosa que conducen la sensibilidad desde todo el organismo hasta la médula para su transmisión al cerebro. Estos hilos que conducen la sensibilidad, también transmiten y coordinan los movimientos y son los verdaderos «nervios».
Entonces hay que distinguir el «sistema nervioso central», formado por el cerebro y la médula, y el «sistema nervioso periférico», que está constituido por todos los hilos de nervios que salen de la médula y se distribuyen por todo el cuerpo. De esto vamos a ocuparnos dejando aparte las alteraciones «nerviosas», que producen cambios del carácter o de la personalidad, que no son debidos a «lesiones» de los nervios, es decir, que no hayan producido algún daño en el material que forma los hilos o en la sustancia que forma el cerebro.
Las enfermedades reumáticas y los nervios
Hay enfermedades reumáticas que producen verdaderas alteraciones en los hilos de los nervios periféricos. Por ejemplo, la «ciática» es una lesión del nervio ciático (el más grueso y el más largo del organismo) y que puede ser debida lo mismo a una infección por virus (herpes), que a una infección del hueso en la columna lumbar o pelvis, producida por cualquier microbio (tuberculosis, fiebres de Malta). La irritación del ciático también puede ser directa y debida a cualquier factor externo como una inyección intramuscular en la nalga.
Pero probablemente la causa más frecuente es la hernia discal, en la que el disco que hay entre dos de las últimas vértebras se desplaza hacia atrás y sale de su sitio comprimiendo entonces la raíz del nervio ciático. También se puede comprimir esta raíz en los reumatismos por desgaste en la tercera edad, que producen esto que la gente conoce con el nombre de «picos de loro», cuando crecen hacia atrás. Pero hay muchas causas de ciática y de «neuralgias braquiales», que son las que el enfermo padece a lo largo del brazo.
Alteraciones más curiosas de los nervios periféricos se ven también en las «vasculitis», que producen la inflamación de los vasos sanguíneos (arterias principalmente), hinchando y estrechando el tubo por donde pasa la sangre. Si esto sucede en una arteria que lleva la sangre al nervio, al llegar menos sangre, el nervio tiene menos oxígeno y deja de funcionar. Esto se llama «mononeuritis», porque sucede sólo en un nervio. Si se produce en varios nervios se llama «mononeuritis múltiple».
El «sistema nervioso simpático» también se puede alterar en alguna parte. Si sucede en el territorio del brazo o de la pierna se produce una hinchazón muy intensa de la mano o del pie, una rigidez intensa de las articulaciones y dolor, mucho dolor. Esta enfermedad reumática se llama «algodistrofia refleja», porque muchas veces es debida a una enfermedad del pulmón o del corazón, etc., que estimula el simpático y produce este «síndrome» (varios síntomas asociados).
Hay también otras enfermedades que producen alteraciones en los nervios y entonces aparecen las manifestaciones reumáticas, como, por ejemplo, la «diabetes». Cuando la diabetes no recoge la atención debida y el enfermo no hace el régimen que le corresponde y no se medica como debe, aparecen ciertas molestias en las piernas (flojedad, hormigueos, etc.), que son debidas a una degeneración de la sustancia que forma los hilos de los nervios y como el enfermo pierde la sensibilidad, no deja de andar; pero siendo más frágiles los huesos, se rompen, se fragmentan y el pie se hunde sin que el enfermo note dolor.
Otras veces también en la diabetes (cuando el enfermo no ha perdido la circulación de la sangre por piernas y pies), esta «polineuritis diabética» puede producir una desaparición de los huesos pertenecientes a los dedos de los pies y a los huesos llamados metatarsianos, que están antes de los dedos, y el pie se hace corto y se convierte en un muñón. Como en la polineuritis diabética no hay sensibilidad, el enfermo puede recibir heridas sin enterarse, porque no siente dolor, se le pueden infectar sin que se dé cuenta y la infección puede así penetrar en el pie.
Estas alteraciones observadas en la diabetes, cuando aparece la llamada polineuritis, no es exclusiva de esta enfermedad y de hecho hay unas cuarenta enfermedades que pueden producir las lesiones suficientes en los nervios periféricos para que las articulaciones correspondientes se destruyan, se fragmenten los huesos que la forman y se produzcan deformidades intensas. Por esto se llaman «articulaciones neuropáticas», que quiere decir que son trastornos articulares debidos a un padecimiento previo de los nervios correspondientes.
Así como hay unas setenta enfermedades capaces de producir también el otro tipo de lesiones articulares diabéticas, que disuelven los huesos y acortan el pie (o la mano), porque los huesos desaparecen y sólo quedan colgajos de piel que son los dedos que se han quedado sin hueso.
Las mismas enfermedades reumáticas inflamatorias más comunes como la «artritis reumatoide», pueden producirla inflamación de la muñeca o pie y producen una compresión del nervio correspondiente con trastornos sensitivos y motores.
Así, pues, distintas enfermedades reumáticas pueden producir alteraciones de los nervios y diferentes enfermedades de los nervios pueden causar diversos trastornos reumáticos y esto hace referencia no sólo a los nervios periféricos, sino también al sistema nervioso central. El «lupus eritematoso sistémico» es capaz de producir cualquier síndrome del sistema nervioso central desde convulsiones a cambios de carácter y esta posibilidad la comparten algunas otras vasculitis, porque parece ser que se producen cuando se inflaman las arterias.
Veamos algunos ejemplos
Jaime era un hombre de veintisiete años, labrador, de los que se pasan horas en el campo, con la espalda doblada, poniendo la cabeza más baja que las nalgas. Padecía lumbagos con frecuencia, que desaparecían cuando se acostaba en la cama. Un día el dolor se corrió por la pierna hasta el pie, notó que aumentaba al toser o estornudar y que tenía también hormigueos en el dedo gordo del pie y dificultad para ponerse de puntillas. La exploración reveló alteraciones sensitivas y motoras correspondientes a la última raíz lumbo-sacra. Tenía «ciática discal», como reveló el examen complementario. Se puso bien con un corsé de yeso y se le advirtió que doblara sólo las rodillas.
Doña Josefina era una señora de unos cuarenta y cinco años que un día empezó a tener dolor en el hombro y dificultad para elevar el brazo hacia afuera por encima de la cabeza. Le habían puesto inyecciones que le aliviaron muy poco, en el mismo hombro. El examen demostró que no era una inflamación del tendón, sino del nervio. Tenía una sensibilidad irregular en el área del hombro y eran varios los músculos que habían perdido la fuerza. El hombro enfermo estaba más bajo que el otro. Padecía una «neuralgia amiotrófica» (porque produce atrofia muscular). Como esta enfermedad es muy frecuente en diabéticos el examen de la sangre reveló también diabetes. La neuralgia se curó en un mes.
Don Ramón sufrió un infarto de miocardio a los cincuenta y siete años y a los pocos días de salir de la UVI empezó a notar dolor en lo hombros y a lo largo de los brazos. Tenía dificultad para mover las articulaciones, que estaban bastante rígidas. Pronto aparecieron las manos hinchadas en la parte de atrás y como no podía valerse por sí mismo solicitó consejo médico. El examen confirmó la hinchazón, la limitación de movimientos y otras alteraciones que permitieron hacer el diagnóstico de «algo-distrofia refleja por infarto de miocardio».
Tuvo un curso favorable y aquello desapareció en pocas semanas. Está con tratamiento preventivo y en doce años no ha sufrido recaída alguna.
Arturo era un hombre de unos cuarenta años que empezaron a fallarle las piernas dos años antes. Notaba debilidad, cansancio, flojedad. No podía correr porque se caía. También tenía hormigueos en los pies, que estaban calientes y rojos. Aunque no mencionó nada que pudiera relacionarse con la enfermedad, el examen demostró que tenía polineuritis y habiendo sido excluidas las causas más frecuentes, no se llegó a conocer su origen. Sin embargo, el examen había revelado también que tenía el hígado grande e insuficiente. Se sospechó una «polineuritis alcohólica». El enfermo tardó varias semanas en revelar que bebía bastante durante el día, aunque nunca estuvo ebrio. Mejoró mientras se consiguió mantenerle abstemio
Roberto era un hombre de cuarenta y dos años que padecía dolores emigrantes con fiebre, acompañados de unas manchas en la piel que fueron diagnosticadas de «eritema nodoso». Con estos accesos apareciendo de forma periódica y disponiendo de una medicación que le producía alivio en poco tiempo, tardó meses y años en decidirse a ir al médico, De momento llamaron la atención unas manchas en la piel. El eritema nodoso era «especial», porque también invadía los brazos. Los nervios del brazo estaban engrosados en el codo y no producían dolor. La sensibilidad estaba muy afectada en las piernas. El examen a rayos X de los pies demostró la desaparición de los huesos de los dedos. Tenía «lepra»
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2 Comentarios en Enfermedades reumáticas y lesiones en los nervios
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algunas veces despues de comer me da un dolor en la boca del estomago muy fuerte y me da como especie de colicos pero el dolor se presenta solo en la en la parte superior del estomago tengo tiempo tomando omeprazol ya que sufro de acidez y el dolor persite. al recostarme se me calma un poco pero el dolor va y viene
yo sufro hace 20 años de depresión hace 3 tomo xanax, remeron , pristig, habido periodos en que mi pierna derecha se sacude tanto que me deja agotada esto me sucedia generalemte en la noche y a veces convulsionava pero últimamente la pierna no me deja de sacudir es tanto el impacto que se me tuerce hasta el brazo pero esto agudizo desde que tengo un dolor en el glúteo izquierdo y la cadera casi no puedo agacharme tiene que ver la ciática con esto de la pierna