Evitar los hábitos alimentarios que aumentan el número de radicales libres

Los radicales libres son moléculas altamente reactivas, cuyas reacciones generan un desorden en las membranas celulares del organismo que puede resultar letal para las células.

Si su presencia en el organismo es en número limitado y controlado resulta beneficiosa, porque estos elementos son capaces de eliminar microorganismos patógenos, controlar el tono muscular y regular la estructura y función de las proteínas, pero si su concentración es muy elevada, alteran el ADN de las células, impidiendo la renovación celular o alterando su normal funcionamiento, lo que genera alteraciones del aparato circulatorio, del sistema nervioso y otros trastornos degenerativos muy graves, como el cáncer, el Alzheimer, el sida o el envejecimiento precoz.

Se producen como resultado de la oxidación celular, internamente por el propio metabolismo, y externamente por una serie de factores desencadenantes. Para combatir su aparición tenemos que evitar aquellos elementos externos que aumentan el número de radicales libres, entre ellos:

  • La ingestión de tóxicos como tabaco, alcohol y drogas, o productos químicos como detergentes, insecticidas y herbicidas.
  • La excesiva exposición al sol o a los contaminantes ambientales, como humo de fábricas y dióxido de carbono.
  • Las situaciones de estrés mantenidas, que además de favorecer el aumento de radicales libres, inhiben las enzimas que podrían neutralizarlos.
  • El ejercicio físico practicado con excesiva intensidad.
  • La mala alimentación rica en productos adulterados y grasas saturadas y deficiente en fibras y antioxidantes.



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