Homeopatía para tratar la gripe y el resfrío: Bryonia y Eupatorium perfoliatum

Bryonia

 En el cuadro que caracteriza a este remedio la enfermedad se instala progresivamente, el estado febril se mezcla con escalofríos, la cefalea es intensa, grave, a menudo frontal y afecta a los globos oculares, agravado por todos los movimientos. El enfermo está abatido, pide tranquilidad y no ser molestado. Las mucosas están desecadas, los labios secos. La lengua tiene un baño de color blanquecino en su centro. Tiene mucha sed y desea tomar grandes vasos de líquido a la vez; su intestino no funciona. Se queja por aquí y por allá de dolores reumatoides incluso más que del cansancio; estos dolores son punzantes, insidiosos, se alivian por la presión fuerte.

Hay tos con irritación tráqueo-laringeo que provoca dolores punzantes detrás del esternón y en puntos de las paredes torácicas, todas las regiones que el enfermo sostiene en sus manos durante los ataques de tos, que aumentan mucho también, el dolor de cabeza.

El paciente está de mal humor, no sabe lo que desea, pide tanto una cosa como otra. El pulso tiene la frecuencia disminuida pero no deprimida; hay una transpiración de olor ácido.

La indicación indispensable de Bryonia reside en: la necesidad de evitar todos los movimientos y en la gran sequedad de las mucosas irritadas.

Eupatorium perfoliatum

El cuadro de este remedio está dominado por el cansancio doloroso de todo el cuerpo, especialmente, en los miembros y en la espalda: este cansancio es sentido hasta en los huesos, como si los huesos estuvieran quebrados.

El enfermo está agitado, no puede estar tranquilo a pesar de que el lo desea, pues no se alivia moviéndose, al contrario empeora. Sufre  dolor de cabeza nauseoso, sobre todo occipital, con dolor de los globos oculares;  malestar digestivo de forma biliosa con nauseas, amargura de la boca, lengua amarillenta, vómitos de bilis, estreñimiento o heces biliosas.

La tos es seca, irritante, con dolor de todo el pecho que el enfermo sostiene con las manos; hay un enrojecimiento por la mañana. Los paroxismos febriles se producen a menudo hacia las 9 de la mañana. El enfermo está friolero, teme el frío del ambiente.

Hay que retener aquí como indicación indispensable: el cansancio profundo que se siente  en los huesos y el estado bilioso.




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