La falta de hierro deja el organismo sin vitalidad porque no llega suficiente oxígeno a todas las células

En nuestro organismo existen de 3 a 5 gramos de hierro, un 70% formando parte de la hemoglobina, y el 30% restante almacenado en hígado y médula ósea. Este micromineral es el vehículo del oxígeno, pues participa en la formación de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno de los glóbulos rojos desde los pulmomes hasta los tejidos de la última célula. Forma parte de algunas enzimas que intervienen en el metabolismo celular, y se asocia con la función inmune.
Con déficit de hierro, el organismo se siente sin vida porque no llega suficiente oxígeno a todas las células. Esta carencia provoca anemia ferropénica, una mala síntesis de las proteínas, además de muchos otros males, entre ellos fatiga, falta de ánimo, caída de cabello, dolores de cabeza, deficiencia inmunitaria, menor respuesta al estrés y alteraciones de la conducta. También se ven alteradas las funciones cognitivas de atención, aprendizaje y memoria.
Los alimentos más ricos en hierro son: carne, hígado, riñones, morcillas, moluscos como ostras, almejas y mejillones, huevos, legumbres y frutos secos. Las mujeres necesitan más hierro que los hombres, en especial durante el embarazo y lactancia, o en casos de reglas abundantes.
También puede darse carencia de hierro en los vegetarianos, pues el hierro aportado por los alimentos de origen animal es el que mejor se asimila.
La vitamina C aumenta la absorción del hierro; por el con-trario, hay alimentos inhibidores de su absorción, como el café, el té, la clara de huevo y el salvado de trigo.
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