La Gripe estacional: origen y tratamiento

La gripe estacional es una infección aguda causada por diferentes virus. Hoy en día se conocen tres tipos: virus A, B y C.

Los virus gripales de tipo A, se dividen en subtipos según las diferentes combinaciones que posee, asociando  dos tipos  de proteínas de superficie del virus Hemaglutininas y Neuraminidases (H y N). Entre los muchos subtipos de virus gripales A, en la actualidad están circulando en el ser humano virus de los subtipos A (H1N1) y  (H3N2) los cuales generan las gripes estacionales, en general los virus de la cepa A han generado varias epidemias a lo largo del tiempo. La pandemia de gripe humana actual es una  variante de esta cepa y posee material genético proveniente de una cepa aviaria, dos cepas porcinas y una humana.

Los otros dos tipos de virus B y C, son menos frecuentes y agresivos que el tipo A. Debido en gran parte a la baja mutación que poseen, el virus B por ejemplo tiene una tasa de mutación 2 a 3 veces menor que el virus A por lo que es genéticamente menos diverso, conociéndose solamente un serotipo. El virus C tiene una tasa aun menor de infectabilidad.

La vacuna humana habitual es trivalente, que contiene proteínas purificadas e inactivadas de las tres cepas que se consideran van a ser más comunes en la siguiente epidemia: dos subtipos del virus A de la gripe y uno del virus B (se puede observar en los envases de las vacunas).

Debido a las altas mutaciones que sufre el virus, una vacuna elaborada un año puede no ser eficaz al año siguiente, por lo que las vacunas cambian de un año a otro.

Ahora bien, es común confundir el estado gripal con el resfriado, este último es causado por numerosos virus (principalmente rinovirus, y coronavirus ) que infectan el sistema respiratorio superior, por lo que crear una vacuna no posee factibilidad, por otro lado la gravedad del cuadro no lo amerita (a no ser que sea SARS, Síndrome Respiratorio Agudo Severo). Es importante reconocer la sintomatología asociada a estas dos enfermedades;

Síntomas Gripe Resfriado
Fiebre Alta Leve o sin fiebre
Aparición Repentina Lenta
Dolor de cabeza Siempre En ocasiones
Estornudos En ocasiones Si
Malestar general Dolor muscular y/o Articular Leve
Frecuencia Estacional Todo el año
Tos Seca Seca o áspera
Apetito Sin apetito Ligeramente disminuido
Garganta Dolor Sin dolor
Agotamiento Severo Ligero
Diarrea Habitualmente No
Vómitos Ocasionalmente No

 

Es importante recordar que los síntomas de la gripe pueden variar de una persona a otra  y pueden modificarse a medida que la enfermedad progresa.

Contagio

El virus se propaga de persona a persona. Se transmite fácilmente y se puede contagiar a otras personas por exposición a gotas en aerosol cargadas de virus expulsadas al toser, estornudar o hablar, ademas de traspaso mediante manos o superficies infectadas.

Prevención

Para prevenir la transmisión, las personas enfermas deben cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar tapándose con los brazos, ya que si lo hacen con las manos estas propagan el virus al tocar los objetos que se encuentran alrededor, la idea es quedarse en casa mientras se encuentre enfermo, y lavarse las manos regularmente. Los virus son fácilmente eliminados por detergentes, por lo que se debe mantener una limpieza estricta en superficies mediante el uso de desinfectantes y lavar la ropa regularmente.

Grupos de riesgo

Las epidemias anuales de gripe pueden afectar gravemente a todos los grupos etarios, pero quienes que corren mayor riesgo de sufrir complicaciones son los menores de 2 años, los mayores de 65 y las personas de todas las edades con determinadas enfermedades, tales como inmunodepresión o enfermedades crónicas cardiacas, pulmonares, renales, hepáticas, sanguíneas o metabólicas (por ejemplo, la diabetes). También corre riesgo el personal sanitario por su contacto directo con pacientes infectados y cualquier persona  que deba permanecer largo tiempo en contacto con otras personas por ejemplo vendedores de grandes centros comerciales, personal en estaciones de metro o personal de aeropuertos.

¿Cuándo se debe buscar atención médica?

Se debe buscar atención médica si se sufre disnea o dificultad para respirar, o si la fiebre persiste más de tres días. A los padres de niños pequeños enfermos se les aconseja que busquen atención médica si el niño presenta una respiración rápida o entrecortada, fiebre continua o convulsiones.

El tratamiento es sólo sintomático, ingestión de líquidos en abundancia y uso de analgésicos contra el dolor son en general suficientes para la recuperación la mayoría de las veces. (En el caso de los niños y adultos jóvenes se deben emplear analgésicos distintos de la aspirina debido al riesgo de síndrome de Reye). En los casos graves y hospitalarios se da uso a fármacos antivirales, pero estos tienen una eficacia muy limitada (los más eficaces son los inhibidores de la neuraminidasa: Oseltamivir o zanamivir ) y no carecen de toxicidad. Los antibióticos sólo son útiles si hay infección bacteriana asociada, la que debe ser diagnosticada por los exámenes correspondientes.




Califica este Artículo:
5 / 5 (2 votos)






Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *