La miel y su propiedad para sanar heridas

La miel como remedio es usada desde tiempos inmemoriales de forma externa e interna. En forma externa es reconocida por su propiedad de sanar las heridas, infecciones y quemaduras en forma rápida y limpia.
Su viscosidad proporciona una barrera protectora que previene la infección de la herida, promoviendo un ambiente húmedo que permite la renovación de la piel sin formación de cicatrices.
La miel actúa también como un antiséptico matando las bacterias, de esta manera se reduce también el dolor e inflamación de la herida.
Hipócrates, en su obra “Consideraciones sobre el tratamiento de las heridas”, recomienda curarlas con miel. También Avicena y Plinio el Viejo hacían esta recomendación.
Llagas, grietas, úlceras, lesiones herpéticas, úlceras varicosas, quemaduras, lupus eritematoso, abrasiones etc. pueden ser tratadas con una mezcla de miel y algún aceite altamente cicatrizante como el de rosa mosqueta, argán o bacalao.
“Otro mecanismo a través del cual la miel elimina la infección de las heridas está representado por su efecto activador del sistema inmune, pues se ha señalado que estimula la mitosis de los linfocitos B y T y activa los leucocitos neutrófilos. Además suministra una importante aportación de glucosa, fundamental para el crecimiento explosivo del número de fagocitos.”
Se debe tener presente que la miel a usarse deber estar sin procesar por lo que las variedades comerciales no sirven, es mas podrían agravar el problema de cicatrización.
Busca miel artesanal que sea de tu zona, así evitaras posibles alergias con pólenes desconocidos a tu sistema inmunitario. Debemos recordarte que la asistencia sanitaria debe estar presente en caso de lesiones serias, fracturas, quemaduras graves o heridas abiertas.
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