Los glúcicos son la mejor fuente de energía, el único carburante que puede utilizar nuestro cerebro

Es de los glúcidos o hidratos de carbono de donde obtenemos la energía constante y necesaria para vivir. Son los pilares de la vida, de modo que, cuando vamos faltos de ellos, nuestro organismo se resiente al instante, disminuye su tono vital y se ve forzado a realizar un sobre esfuerzo que perjudica a todos los órganos vitales, desde el hígado al cerebro, pasando por la tiroides, los riñones o el corazón.
Estos nutrientes son la fuente de energía más ecológica para nuestros cuerpos, su combustible más limpio, pues al intervenir cada día para que el cuerpo funcione a pleno rendimiento —respirar, bombear sangre, abrir los ojos, sentir, pensar—, se queman y no dejan ni rastro.
Además de energía para mantener la actividad vital, los carbohidratos aportan fibra dietética, regulan el azúcar en sangre, contribuyen al desarrollo de la flora intestinal, ayudan a quemar las grasas, participan en la síntesis de material genético y evitan que se deteriore el organismo.
La dosis mínima, indispensable, de glúcidos es de 1 g por día y por kilo de peso. Con asesoramiento médico estas proporciones pueden adaptarse en función de sexo, peso, estatura y actividad. Los glúcidos no son sólo los azúcares, sino que también se encuentran en las harinas, pastas, legumbres, pan, cereales, frutas, y en menor proporción en las verduras.
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