Masticar bien es necesario para la correcta asimilación de los nutrientes

Masticar bien es necesario para la correcta asimilación de los nutrientes

Dice la sabiduría popular que la comida no hay que comerla, sino beberla. Y con ello no se hace referencia a la bondad de las sopas y purés, sino al hecho de que la masticación debe ser tal que los alimentos sólidos pasen por la garganta tan diluidos como el líquido.

En verdad la digestión empieza en la boca, antes de comer, cuando tenemos la sensación de que «se nos hace la boca agua». La masticación es la primera fase de la digestión, en la que trituramos los alimentos para facilitar la posterior asimilación de los nutrientes.

Con una masticación pausada, además de triturar los alimentos en trozos más pequeños y fáciles de tragar —lo que evita rozaduras en la garganta y el esófago—, facilitamos una mayor segregación de saliva, una sustancia fundamental para la digestión. Una masticación deficiente puede provocar sobrepeso —con menor consciencia de saciedad, se come más de la cuenta—, hinchazón, estreñimiento, reflujo, flatulencias, colon irritable.

Por suerte, aunque la masticación es un acto principalmente inconsciente, puede ser controlado de forma consciente. Para mejorar los hábitos de masticación podemos aplicar la siguiente pauta:

  • Antes de empezar a comer, inspirar y expirar tres veces.
  • Cortar los alimentos en trozos pequeños y no llenar la boca totalmente.
  • Dejar los cubiertos sobre la mesa para ser conscientes de la masticación.
  • Masticar unas veinte veces cada pedazo que nos llevamos a la boca.
  • Además, es necesario observar una buena higiene bucal: la menor infección dental perturba el equilibrio químico de la saliva y es causa de trastornos del aparato digestivo.



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