Nutrientes delicados, las vitaminas se destruyen fácilmente, por lo que requieren especiales cuidados

Las vitaminas son nutrientes muy sensibles, que se destruyen fácilmente y de varias formas: antes de entrar en nuestro organismo por contacto con la luz, el aire, la humedad y el calor, el oxígeno o el agua, o por verse sometidas a procesos alimentarios industriales.

Una vez dentro de nuestro organismo, las vitaminas se neutralizan o destruyen:

• Por consumir alcohol, que aporta calorías sin contenido vitamínico, disminuye el apetito y produce carencias vitamínicas.
• Por consumir tabaco, porque la vitamina C interviene en los procesos de desintoxicación.
• Por consumir drogas, debido a la función depurativa de la vitamina C y porque suelen disminuir el apetito, de modo que habrá que aportar suplementos de vitaminas del grupo B y ácido fólico.

• En situaciones de estrés las glándulas suprarrenales segregan más cantidad de adrenalina, que consume una gran cantidad de vitamina C; también se necesitan mayores cantidades de vitamina E y de las del grupo B.
• Por consumir azúcar blanca, que carece de aporte vitamínico, pero requiere de vitaminas y minerales de nuestras reservas para metabolizarse (sobre todo B1).
• Por tomar algunos medicamentos, como los estrógenos (anticonceptivos femeninos), que repercuten negativamente en la disponibilidad de la mayoría de las vitaminas, o los antibióticos y los laxantes, que destruyen la flora intestinal, por lo que se puede sufrir déficit de vitaminas K, H o B12.