Pasos a seguir para hacer ejercicio después del embarazo
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Cómo empezar
Si solo de pensar en ponerte en forma ya te cansas, trata de sustituir la palabra «ejercicio» por la de «actividad física».
Básicamente significan lo mismo, pero aunque la mayoría de las madres realizamos todo tipo de actividades físicas durante el día, seguramente a casi ninguna se nos ocurriría pensar que esas mismas actividades equivalen a hacer ejercicio. Coger en brazos a nuestros hijos, recoger juguetes, tender la colada, empujar el carrito del niño, hacer la compra, preparar comidas… todas son cosas que implican algún tipo de actividad física. Tomar conciencia de lo que estás haciendo y encontrar la forma de aprovechar al máximo los efectos benéficos de esas actividades es un buen comienzo.
Caminar con ánimo
Deja que te dé un ejemplo (Toni). Digamos que cada día llevas a tu hijo en un paseo de veinte minutos de casa a la panadería, y viceversa. Desde luego, caminar es un buen ejercicio y está claro que los dos os beneficiaréis de estar un rato al aire libre, pero si estiras los músculos antes de salir, caminas lentamente durante los primeros tres minutos y luego caminas los otros veinte minutos sin interrupción y con mayor energía, quemarás más calorías y mejorarás tu salud cardiovascular. Fortalecerás los músculos de tus piernas, brazos, pecho y espalda, e incrementarás la capacidad de tus pulmones. También darás una mayor flexibilidad a tus músculos, y es menos probable que te lesiones o te sientas dolorida al día siguiente. Se trata de la misma caminata, la misma cantidad de tiempo, tu hijo disfruta lo mismo del paisaje… ¡Y encima vuelves a casa con una barra de pan!
Razones para mejorar tu forma física
Lo primero que tienes que hacer es encontrar unas cuantas buenas razones para mejorar tu forma física. Para algunas, la razón estará en el deseo de recuperar la figura que tenían antes de quedar embarazadas, mientras que otras lo harán sencillamente para no sentirse tan cansadas o para poder disfrutar plenamente con sus hijos sin tener que quedar agotadas cada vez que salen al parque.
Escribe una lista de razones por las que te gustaría estar más en forma. Para empezar, puedes poner algunas cosas que te gustaría hacer pero no puedes.
Repasa la lista y piensa si tendrías que incluir alguna de las cosas que tendrás que hacer cuando tus hijos sean un poco mayores. ¿Dispones de la energía suficiente para hacer todas las cosas que tienes que hacer en un día: jugar con los niños, arreglar la casa, trabajar, hacer el amor con tu compañero, etc.? ¿Y tienes la suficiente fuerza para subir a un pequeño de quince kilos en brazos por las escaleras sin arriesgarte a hacerte daño en la espalda? ¿Has visto esas minúsculas sillas que ponen en los conciertos para niños? ¿Serás tú la única madre que necesite que la ayuden a levantarse porque tienes calambres en las piernas? Si quieres hacer todas esas cosas con tus hijos —como, sin duda, ellos sí querrán—, tal vez sea hora de que introduzcas ciertos cambios en tu vida.
Ponerse unas metas
Una vez que tengas tu lista de motivos para mejorar tu forma física, te será muy fácil convertirlos en metas. Prueba algunas de estas cosas:
- Quiero tener más energía.
- Quiero volver a ponerme la ropa que tenía antes de quedar embarazada.
- Quiero aprender a nadar para ir con los niños a la playa.
- Quiero tener energía para jugar con los niños.
- El próximo verano quiero poder estar en bañador en la playa.
- Me gustaría aprender a esquiar y no matarme en el intento.
- Quiero dormir mejor.
- Quiero aprender a jugar al golf para poder pasar más tiempo con mi pareja.
- Quiero estar menos cansada.
- Quiero tener la suficiente energía para volver a disfrutar del sexo.
- Quiero patinar con mis hijos.
- Me gustaría poder subir tres tramos de escalera y no quedarme sin aliento.
- Me gustaría hacer tres largos en la piscina.
- Quiero librarme del dolor de espalda.
- Me gustaría salir con los niños a pasear por el campo.
- Me gustaría aprender a jugar bien al tenis para poder apuntarme a un club.
- Quiero participar en un triatlón.
- Me gustaría probar algo totalmente nuevo y la idea de hacer paracaidismo me atrae.
Encontrar tu propio camino hacia la forma física
Una vez que hayas elegido una meta, diseñar tu propio programa de ejercicios te será fácil. Lo que tienes que hacer ahora es ponerte unos objetivos y determinar en cuánto tiempo te gustaría alcanzarlos.
Elige una meta: Quiero volver a ponerme la ropa que tenía antes de quedar embarazada.
Ponte un objetivo: Poder ponerme la ropa que llevaba antes en un plazo de seis meses.
A continuación diseña un programa que te permita cumplir con esos objetivos. Si quieres cambiar tu figura y perder peso, tendrás que hacer ejercicio aeróbico, además de seguir una dieta equilibrada. Si además practicas algunos ejercicios de fortalecimiento, ayudarás a dar forma a tu cuerpo y recuperar el tono muscular. Bueno, ahora tienes que determinar el tipo de ejercicio que quieres hacer (puede tratarse de diferentes actividades), el tiempo que quieres invertir (duración) y la frecuencia.
De acuerdo, has escogido volver a ponerte tu ropa de antes de quedar embarazada como meta. Y tu objetivo es lograrlo en seis meses.
Digamos que has optado por las caminatas como tipo de ejercicio, y que quieres dedicarle veinte minutos (duración), tres veces por semana (frecuencia). Si llevas un registro con tus progresos, podrás controlar tu programa y eso te ayudará a mantener tu compromiso con la meta que te has puesto.
La clave para estar motivada está en escoger actividades que intrínsecamente te resulten manejables y te gusten, e ir variando para mantener el interés y el entusiasmo.
¡Sé realista! Si hace tiempo que no practicas ningún ejerido, las posibilidades de que consigas ponerte en forma para participar en un triatlón de aquí a dos semanas son mínimas. Ponte una meta realista a corto plazo y, una vez, conseguida, trate otra algo más ambiciosa para la próxima vez.
Vamos a examinar la forma de que desarrolles un programa urna que puedas poner en práctica con tu pequeño, con tara o con varias amigas. También examinaremos las diversas actividades que puedes realizar dentro o fuera de casa, en el campo o en la ciudad.
¿Áún no estás convencida?
Si sientes que de momento no tienes el tiempo o la energía para ponerte en forma, piensa por un momento por qué quisiste tener hijos. Piensa en lo rápidamente que crecen los niños y en lo pronto que se vuelven independientes. Si ha habido algún momento en tu vida en que necesitaste más energía para disfrutar con tus hijos, es este.
Adopta una nueva filosofía
Cuidarte físicamente en compañía de tus hijos es una meta realista. Puedes pasar un tiempo de calidad con tus hijos y al mismo tiempo cuidarte físicamente.
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Publicado en:Fertilidad y Embarazo
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