Repartir las comidas en varias tomas diarias para mantener un metabolismo alto

Hay que comer poco y a menudo. Aunque depende de las necesidades de cada persona y de su horario laboral, toda dieta debe incluir tres comidas: desayuno, comida y cena; y dos o tres tomas intermedias de menor entidad.

Si dejamos transcurrir mucho tiempo después de la última comida, puede producirse un descenso de glucosa en la sangre o hipoglucemia, que afecta negativamente a nuestras capacidades.También el hecho de saltarse las comidas es causa de metabolismo lento, por ello, el no desayunar o evitar la cena, por ejemplo, para no engordar, acaba provocando el efecto contrario.

El cuadro de la hipoglucemia no sólo va acompañado de mareo o irritabilidad, sino también de deseos de refuerzo rápido en forma de taza de café y una galleta, al tiempo que las glándulas suprarrenales liberan adrenalina y cortisol para instar al hígado a producir más glucosa. Este círculo vicioso está en el origen de la generación de grasa, que a su vez está vinculada a una gran variedad de perjuicios para la salud.

Para salir de él lo que debemos hacer es tranquilizar a nuestro cuerpo demostrándole que no existe carencia de alimento y que, por lo tanto, no tiene necesidad de guardar grasa adicional y puede acelerar un poco el metabolismo y quemar las reservas que tiene almacenadas.

Además, tan perjudicial es para nuestra salud la sensación de tener hambre, como la de quedar «lleno», que es la más que probable sensación que experimentaremos si concentramos las comidas en dos grandes tomas.




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