Síndrome premenstrual

Es posible que exista síndrome premenstrual (SPM) si se presentan una serie de cambios físicos y emocionales en los días que anteceden al periodo menstrual. El SPM guarda relación con ciclos hormonales normales y niveles hormonales normales. Una clave de su causa puede radicar en la respuesta de la mujer a la serotonina. Ésta es una sustancia del cerebro que se ha relacionado con la depresión clínica y otros trastornos emocionales. A veces, un padecimiento psicológico subyacente, como la depresión, puede verse agravado por los cambios hormonales que anteceden al periodo menstrual.

Síntomas del síndrome premenstrual

Cambios físicos

  • Retención de líquidos, distensión abdominal.
  • Aumento de peso.
  • Micción frecuente.
  • Sensibilidad incrementada de las mamas.
  • Manos y pies dolorosos e hinchados.
  • Fatiga, náusea y vómito.
  • Diarrea y estreñimiento.
  • Dolores: de cabeza, espalda y estómago.
  • Problemas de la piel.

Cambios emocionales

  • Depresión y tristeza.
  • Irritabilidad.
  • Ansiedad.
  • Tensión.
  • Cambios del estado de ánimo.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Letargia.
  • Antojo de alimentos específicos.
  • Tendencia al olvido.

Autocuidados

Es habitual que el SPM se controle con una combinación de educación y cambios existenciales:

  • Mantener el peso corporal dentro de límites saludables
  • Ingerir alimentos de manera frecuentes y en menores raciones. No deben omitirse comidas. Hay que comer a la misma hora todos los días, si es posible.
  • Evitar la sal durante 1 a 2 semanas antes del periodo menstrual para reducir la distensión abdominal y la retención de líquidos.
  • Evitar la cafeína (café, té y algunas bebidas gaseosas) para disminuir la irritabilidad, tensión y sensibilidad de las mamas. Vea el contenido de cafeína de bebidas populares en la página 180.
  • Evitar el alcohol antes de la menstruación para minimizar la depresión y los cambios del estado de ánimo.
  • Ingerir carbohidratos complejos en abundancia (pan, papas, cereales, verduras y arroz).
  • Disminuir el consumo de alimentos que contengan azúcares sencillos (azúcar de mesa, jarabe, azúcar morena, miel, caramelos y bebidas gaseosas endulzadas).
  • Ingerir menos alimentos que contengan grasas. En particular, conviene evitar las carnes rojas muy grasosas, carnes frías, mantequilla, leche entera, helado de crema, crema y otros alimentos que tengan alto contenido de grasas saturadas.
  • Reducir el estrés (página 210), que puede agravar el SPM.
  • Caminar, trotar, practicar el ciclismo, nadar o realizar algún otro ejercicio aeróbico por lo menos tres veces a la semana.
  • Registrar los síntomas durante varios meses. Advertirá que el SPM es más tolerable si observa que los síntomas son predecibles y breves.

Atención médica

No existen signos físicos o pruebas de laboratorio para el diagnóstico del SPM. En vez de ello, los médicos se basan en la evaluación minuciosa del historial clínico. Como parte del proceso diagnóstico, se solicita a las mujeres el registro del comienzo, duración, naturaleza y severidad de los síntomas durante por lo menos dos ciclos menstruales.

Si los síntomas del SPM afectan mucho las actividades cotidianas y han resultado poco útiles las sugerencias arriba enumeradas, el médico podría recomendar los medicamentos siguientes:

  • Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) pueden mejorar los cólicos y el malestar de las mamas (página 231).
  • Las píldoras anticonceptivas con frecuencia alivian los síntomas al inhibir la ovulación.
  • Una inyección de acetato de medroxiprogesterona (DepoProvera) puede usarse para suspender temporalmente la ovulación y la menstruación en casos graves.
  • Los antidepresivos son útiles en casi 60% de mujeres con síntomas emocionales graves del SPM. Entre los ejemplos están la fluoxetina (Prozac), sertralina (Zoloft), paroxetina (Paxil), fluvoxamina (Luvox) y venlafaxina (Effexor). Estos fármacos, que pueden usarse en dosis menores que las usualmente prescritas para la depresión, suelen ser eficaces cuando se toman sólo durante la semana o las dos semanas que preceden a la menstruación.
  • Si los antidepresivos resultan ineficaces, puede ser útil el alprazolam, medicamento ansiolítico; pero es ésta una sustancia potente y posiblemente adictiva, que no debe administrarse prolongadamente.



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