Una dosis adecuada de silicio parece una garantía para recuperarnos de una fractura

Aunque su presencia en el organismo es mínima —unos 14 gramos—, el silicio está presente en todos los tejidos y células del cuerpo. Interviene en la formación de los huesos y del tejido conjuntivo.
Las personas que sufren de osteoporosis pueden tomar silicio, incluso a título preventivo, puesto que favorece la fijación del calcio. Además de luchar contra la desmineralización ósea, este mineral aumenta la velocidad de recuperación de las fracturas.
Presente en la síntesis del colágeno, tiene un papel importante en la nutrición de los tejidos, manteniendo la piel joven y suave y protegiendo las uñas y el cabello.
También desempeña importantes funciones para la salud cardiovascular: reducción del colesterol malo, mantenimiento de la presión arterial, protección del corazón y de la arteria aorta y prevención de la aterosclerosis.
Se ha comprobado que las arterias endurecidas contienen 15 veces menos silicio que las sanas, lo que lleva a pensar que una dosis adecuada de este oligoelemento es fundamental para la salud vascular.
Por desgracia, las dietas basadas en alimentos refinados y procesados pueden generar déficit de silicio. Para evitarlo hay que acudir principalmente a los cereales integrales: avena, mijo, cebada y arroz; si bien las patatas, la remolacha, la alfalfa, la soja y los vegetales verdes también contienen silicio.
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